Existen diferentes formas que propician la transmisión de la COVID-19 como los aerosoles, las gotículas y los fómites, las cuales han sido descritas por expertos como las principales vías de contagio entre personas enfermeras (sintomáticas o asintomáticas) y sanas.
De acuerdo con la Dra. Rhina Domínguez, jefa de la unidad de Investigación del Instituto Nacional de Salud (INS), las gotículas son gotas de saliva más grande y que pueden llegar más de 50 micrómetros y que pueden infectar a una persona si la alcanzan directamente antes de que estas caigan por debajo del nivel de la cara, es decir, al estar frente a frente.
Por otra parte, un aerosol infeccioso es un conjunto de partículas cargadas de patógenos en el aire. La transmisión por aerosol se produce cuando una persona infectada genera aerosoles infecciosos, y el patógeno permanece viable. Esta forma de transmisión aumenta en los ambientes cerrados.
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«Si el ambiente en el que nos encontramos es cerrado: un cuarto, un restaurante, lo que va a ocurrir es que la carga viral se va a ir acumulando, va a haber un aumento de la concentración de la carga viral conforme avanza el tiempo. Esto va a depender de la velocidad que haya de estos aerosoles, si la gente está hablando, es distinto a si la gente está hablando fuerte o cantando».», indicó la Dra. Domínguez, durante un webinar denominado «El estado del arte de las medidas de bioseguridad por la pandemia SARS CoV-2».
La transmisión de la COVID-19 por aerosoles se puede dar con solo que una persona respire, es decir, no es necesario que esta esté tosiendo para esparcir las partículas que llevan el virus, de acuerdo con investigaciones sobre este caso.
«Ya hay investigaciones que reportan que las infecciones que se dan por inhalaciones tienden a presentar cuadros que pueden potencialmente ser más graves que las que han sido transmitidas por la inoculación directa de gotículas o fómites […] Las partículas de aerosoles se van a moverse en el aire y pueden permanecer activas por una hora», indicó la jefa de investigación del INS.
Para que haya una transmisión de la COVID-19, los tejidos (boca, ojos, nariz) deben estar expuestos, por lo que se hace necesario el cumplimiento de las medidas de bioseguridad como el uso de mascarilla, el distanciamiento social, una adecuada ventilación y el lavado de manos para prevenir el contagio.
La Dra, Domínguez hizo una diferenciación entre las medidas efectivas contra la transmisión y las que no han mostrado beneficio alguno para prevenir los contagios contra la COVID-19 como el uso de pediluvios para limpiarse los zapatos, rociar líquidos desinfectantes a vehículos o personas.
«Ya hay medidas que han demostrado que no tienen beneficio. Uno de esos es los pediluvios. Estar limpiando las suelas de zapatos, pues las probabilidades de que nos paremos en un lugar donde ha caído una gotícula que tenga suficiente virus y luego camines sobre asfalto caliente y lo llevemos a la casa es un poco más difícil. Quiero aclarar que estoy hablando con respecto a la transmisión de SARS-CoV2, no estoy diciendo que no es bueno limpiarse los pies para entrar a la casa», aseveró la investigadora.