La «Dictadura perfecta» hace alusión a una película del cine mexicano de 2014 en la cual se deja al descubierto cómo medios de comunicación «corruptos» aceptan sobornos con dineros de dudosa procedencia para mandar a «callar» a contrincantes políticos. Narra, además, cómo se manipulan los procesos para incidir en las decisiones políticas de un país, pero sobre todo deja al descubierto las «mañas» de aquellos que hacen todo tipo de «triquiñuelas» para perpetuarse en el poder y de esa forma beneficiarse económicamente hablando, y además generando altos niveles de corrupción gubernamental.
La situación de El Salvador en el pasado no dista de esa narrativa, pues ahora se sabe, se conocen, se entienden y se exponen públicamente las motivaciones que tuvieron las cúpulas de ARENA y del FMLN para pactar «su paz», y a la vez desconociendo y dejando abandonados en el caso de la Fuerza Armada de esa época junto con su comandante general, refiriéndome a Alfredo Cristiani, a los miembros de la tropa de la Fuerza Armada; y por el lado del FMLN, a sus combatientes. En ambos casos, ahora veteranos de guerra quienes tienen todo tipo de pretensiones pecuniarias, con cargo al presupuesto general de la nación.
Es importante recalcar que a ARENA y el FMLN les molesta, les incomoda y hasta les parece repugnante que la población les recuerde esos 30 años de oscurantismo político, de corrupción gubernamental y de retroceso de un país que vivió sumido en la desesperanza, en la inseguridad y en la falta de oportunidades, que muy a pesar de contar con apoyo legislativo tanto para aprobar presupuesto general de la nación, préstamos internacionales y reorientación de fondos no se tradujo en crecimiento económico, lo cual debió redundar en el mejoramiento de las condiciones de vida material de la sociedad.
La dictadura encubierta se inicia en 1989, cuando asume la presidencia el partido ARENA, acción política que se prolongó hasta 2019, y es cuando realizan una jugada de maquiavélica, pues el supuesto antagonismo político de dos supuestas corrientes ideológicas de izquierdas y derechas fue solo una trampa para hacer creer a la población que en realidad eran verdaderos contrincantes políticos, y ARENA le cede el Ejecutivo al FMLN en 2009; su gran objetivo era perpetuar un sistema de alternancia del poder político donde no había espacio para otras expresiones políticas.
Rompiendo el molde: la llegada del presidente Nayib Bukele a la presidencia en 2019 rompe paradigmas y lógica política de acuerdo con lo que tanto ARENA como el FMLN tenían como un acuerdo cuando firmaron «su paz» y pretendían establecer una especie de nueva dictadura, a la que le llamo la dictadura perfecta, pues fueron los partidos políticos mayoritarios quienes buscaron perpetuarse en el poder y hegemonizar las grandes decisiones de país; el rompimiento de ese esquema o molde les ha generado a estos partidos estrepitosas caídas y debacles electorales. Nótese que ARENA comenzó con una votación en 1989 de 505,370 votos, cuando gana Cristiani; logra su máxima votación en 2014, con 1,489,452 votos, y su debacle electoral se visualiza en 2019, con 857,084 votos; es decir, de acuerdo con su máxima votación, perdió un caudal de 632,368 votos, lo cual impacta y cala profundo en sus aspiraciones de pretender volver a detentar el poder político. Para el caso del FMLN, su máxima votación fue de 1,485,815, y su votación en 2019 fue de 389,289, con una pérdida total de 1,096,526 votos. En ambos, estas pérdidas en el campo electoral se expresen con su limitada y casi nula participación en la Asamblea Legislativa, donde pasan de ser oposición y se reducen a expresiones irrelevantes, pues no tienen la fuerza para buscar incidir o determinar en la toma de decisiones de país. Pueden expresarse, sí, pero no pueden —como en el pasado— decidir por un pueblo salvadoreño que les dio la espalda, y que a su vez se atrevió —de la mano de un presidente joven— a derrocar por la vía electoral a una dictadura perfecta, partidocrática y amañadora, reyes del fraude del engaño y de la corrupción.
La dictadura perfecta llegó a su final en 2019 y, con ella, los males del pasado.