Águila no perdona. Los anaranjados en condición de intratables le sacaron los colores a un Municipal Limeño que solo tuvo de festejo un acto protocolario. Los mantequeros cayeron 0-3 frente a los migueleños que siguen invictos y líderes.
Salvo para el breve homenaje que la dirigencia mantequera rindió a Nicolás Muñoz por sus 300 goles en la liga salvadoreña y que Águila guardó la compostura, una vez sobre el césped el duelo se libró sin tregua, sin cuartel y con los machetes desenvainados, al filo de la navaja.
Vecinos y viejos conocidos, más que el orgullo, Limeño y Águila tenían muchos intereses en juego. Los chicharroneros urgían sumar en la tabla para acumular puntos que le permitan en el futuro espantar los fantasmas del descenso y los emplumados habían visto a Metapán usurpar su sitial de privilegio en la cima de la tabla y querían recuperarla.
Con esos parámetros y urgencias ambos oncenos plantearon un juego rispido en la disputa por el balón y en esos primeros compases ganó el anfitrión que consiguió llevar peligro con un potente remate de Edwin Sánchez que Benji Villalobos consiguió desviar sobre el horizontal, y solo minutos después lo intentó Muñoz con un testarazo desviado.
Sin embargo, una vez digerido ese tramo inicial, Águila comenzó dar el trato acostumbrado al balón, a moverla de aquí, allá, a abrir espacios, a esconderla y en su ansia y frustración por recuperarla René Gómez y Rudy Valencia se vieron pintados de amarillo por lo que debieron bajar revoluciones y los anaranjados aprovecharon para rentabilizar su ligero dominio.
Fue Kevin Santamaria quien descorchó el festejo y puso a suspirar a la hinchada negro naranja que era mayoría en los tendidos populares. Ese tanto pinchó el orgullo de los santarroseños, pero no alcanzaron a reaccionar puesto que en un abrir y cerrar de ojos, Águila ya los tenía 0-2 gracias a un zurdazo seco de Kevin Melara en el 31′.
Una vez arriba y con relativa comodidad, sin renunciar al ataque, los emplumados quitaron el pie del acelerador y Limeño les encimó y pudo descontar antes de cerrar el primer acto e irse a la pausa, pero les faltó frescura de ideas y más precisión a sus atacantes y no pudo mover la pizarra.
En la vuelta a las acciones el cuerpo técnico santarroseño movió su ajedrez con la intención de refrescar ideas e imponer condiciones, pero apenas les alcanzó para pisar el área rival y avispar al Águila que ya no tuvo mayores prisas y se dedicó más a controlar el partido y sostener la ventaja.
Así la batalla del tramo final se libró en la media cancha y el gol aunque hubo muy pocas insinuaciones volvió a vestir el color anaranjado. Kevin Santamaria apareció nuevamente en el 78′ y decretó el definitivo 0-3 y con él se vació el estadio.