El emprendedor Antony Perzo presenta un pequeño dispositivo llamado Emobot, que luce como la mezcla entre un parlante y una pequeña obra de arte, y explica: «¡Es un termómetro emocional!».
Como cientos de otros exhibidores en la CES, la mayor feria de tecnología del mundo, el ingeniero francés Perzo expone los méritos de un objeto que aprovecha los últimos avances de la inteligencia artificial (IA).
La IA es la gran protagonista de la exposición en Las Vegas, con compañías de todos los tamaños que buscan impresionar revelando desde televisores hasta cepillos de dientes que incorporan macrodatos y conectividad.
El Emobot de Perzo, que se muestra en una esquina del hotel Venetian en la capital del pecado, se usa para detectar posibles desórdenes psiquiátricos en personas mayores y puede ayudar a los cuidadores en hogares de ancianos a ajustar tratamientos sin tener que esperar al psiquiatra.
La tecnología es capaz de «analizar microexpresiones faciales» que reflejan las emociones humanas, que son un reflejo del «estado psicológico y psiquiátrico», dice el ingeniero.
Nufa, otra empresa, se define como «pionera en transformación corporal a través de IA».
La aplicación móvil permite a los usuarios editar una foto para verse con un cuerpo delgado y atlético, y motivarlos a seguir el plan de 90 días para lograr ese resultado «en la vida real».
En Las Vegas, los dispositivos y aparatos potenciados con inteligencia artificial colman los pasillos. Hay comederos para pájaros, coches para bebes o relojes anti-fatiga, al punto que algunos se preguntan si el fenómeno está siendo sobrevalorado.
Sin embargo, la IA «no es solo un eslogan para ganar el bingo de la CES», dice el analista tecnológico Avi Greengart.
La tecnología «se usa en cámaras de teléfonos inteligentes, en fábricas para detectar productos defectuosos, en la agricultura para identificar semillas y rociar herbicidas», añade.
Usar la IA para explorar las emociones también es la ambición de Emil Jimenez, quien fundó MindBank Ai en una «búsqueda por la inmortalidad (…) para que mi hija siempre pueda hacerle preguntas a su papá».
Su aplicación les pide a sus usuarios grabar sus respuestas a preguntas profundamente personales (como «¿Qué significa el amor para ti?») para «guardar tu pensamiento para siempre en la nube» y crear un gemelo digital.
– Enorme oportunidad
La inteligencia artificial también puede usarse para entender multitudes. La compañía canadiense Advance Symbolics desarrolló askpolly, que rastrea las redes sociales para llevar a cabo una investigación de mercado en apenas minutos.
El usuario le hace una pregunta, por ejemplo «¿Es buen momento para comprar un apartamento?» o «¿Deben los criminales menores de edad ir a la cárcel?», y el programa escanea redes sociales como Twitter o Instagram para sondear la opinión del público a gran escala.
Pero la estrella reciente más rutilante de la IA es una aplicación que usa algoritmos que hacen posible crear contenido original al alcance de un clic.
OpenAI, compañía con sede en California, ha causado sensación con ChatGPT, un software sencillo y fácil de usar que tras una simple instrucción es capaz de generar desde un poema hasta un ensayo académico en segundos, y Dall-e, que hace lo mismo con creaciones de arte visual.
En la misma ruta está la empresa Imki, que diseñó un espectáculo de luces y sonido para un antiguo teatro romano en el sur de Francia usando programas similares.
«Esto nos permite crear contenido rápidamente con muy bajos costos de producción», dice Marie Lathoud, directora de marketing de Imki.
Mientras ella ve la inteligencia artificial como una herramienta para artistas, Saket Dandotia, director de operaciones en Magnifi, admite que la llamada IA generativa representa una amenaza para los diseñadores que reemplazará, tal como los robots hicieron en las fábricas.
Herramientas de IA como ChatGPT son «más rápidas, menos costosas», dice Dandotia.
Su equipo creó Strobe, un software de video automatizado. «Para nosotros, la IA es una enorme oportunidad que transformará toda la industria del diseño creativo», vaticinó.