El Archivo General de la Nación (AGN) es una de las instituciones más importantes de El Salvador porque resguarda gran parte del patrimonio documental, bibliográfico e histórico del país.
Este se creó mediante un Decreto Legislativo, a mediados del siglo XX, pero sus antecedentes inician posterior a la independencia y durante el periodo federal. En 1824 se estableció la Oficina de Archivo del Ministerio General, dedicada a la recolección de documentos que procedían de los ministerios recién creados.
Con el propósito de poner al servicio de la sociedad la consulta de todos registros que existan, el archivo dirige, capacita y supervisa a todos los responsables de los centros de archivo del país en materia documental, sobre todo en las áreas de rescate, resguardo, organización y preservación.
De acuerdo con la Ley del Archivo General de la Nación se establece que todo documento se tiene que conservar como parte del patrimonio documental nacional.
Desde 1869 la documentación ha estado resguardada en el Palacio Nacional, frente a la entonces Plazoleta de Santo Domingo, conocida ahora como Plaza Gerardo Barrios.
El primer palacio, una joya arquitectónica, por dos décadas fue sede de diferentes alcaldías y entidades públicas. No obstante, se redujo a cenizas el 20 de noviembre de 1889 perdiéndose valiosos documentos. Y aunque no era un archivo general como tal cada institución gubernamental que estaba en el palacio tenía su archivo y su sótano, es decir, que cada institución tenía su propio archivo histórico y eso fue lo que se quemó.
«Ayer tuvo lugar en esta capital una de esas catástrofes que no tiene precedente en la historia del país y cuyas consecuencias trascienden más allá de lo que cualquiera puede imaginarse. ¿Cómo encontrar a través de esas cenizas rastros que son preciosos para nuestra historia? ¿Cómo reponer ese valioso depósito de labor administrativa acumulado allí por años?», se lee en la publicación sobre el incidente en el Diario Oficial, tomo 27.
Los archivos que se calcinaron fueron los del Ministerios del Gobierno, la Corte Suprema de Justicia y Cámaras de 2.ª y 3.ª Instancia, el de la Contaduría Mayor, el Juzgado General de Hacienda, el de los Juzgados de 1.ª Instancia del departamento de San Salvador, el de la oficina del Registro de la Propiedad, el Archivo Federal, así como de otras oficinas de gobierno.
También se perdió el archivo colonial de la Alcaldía Mayor de San Salvador, el de la Intendencia de San Salvador y parte del archivo de la federación.
Lo que ha quedado ahora se llama Fondo Quemado del Archivo General de la Nación, un nombre a la memoria del siniestro. Los únicos archivos que se lograron recuperar fueron los de la Tesorería General.
¿Qué es lo que alberga el AGN? Los primeros documentos que se resguardaron fueron del archivo Federal, con documentación de la época colonial, de la Federación y los registros de los primeros años de la joven república «del Salvador».
Actualmente se encuentra agrupado en cinco secciones: Colonial, Federación Centroamericana, República, Archivos Privados y la fototeca. Además, cuenta con una la Biblioteca Especializada que contiene información histórica de gran valor.
Este acervo tiene resguardado en su interior el presupuesto de la Nación más antiguo (el cual data de 1915), las primeras memorias gubernamentales de los años 1800, el primer Código de Comercio creado en 1880, un libro de recuerdos del año 1923, así como un libro de «San Salvador y sus hombres», que corresponde a 1822 y 1870, donde se detalla biografía y datos importantes de personajes que fueron importantes en la época. El libro fue elaborado en 1938.
El archivo también está divido por fondos y cada uno posee subfondos que relatan la historia del país, ya sea a través de fotografías, diarios antiguos, documentos del Vaticano, mapas, cartas y documentos originales de presidentes como Gerardo Barrios, Maximiliano Hernández Martínez. También preserva archivos de los escritores Alberto Masferrer y Claudia Lars.
ACCESO AL PÚBLICO
Para poder acceder a la información del AGN existe una sala de consulta ubicada siempre en las instalaciones del Palacio Nacional, donde existen catálogos que facilitan la búsqueda de información, permitiendo a los usuarios identificar de forma más rápida el o los archivos que necesitan.
El horario de atención es de lunes a viernes de 8 a. m. a 4 p. m., con una hora de cierre al mediodía.