El aparecimiento de la COVID-19 puso como prioridad varias necesidades para todos los gobiernos del mundo; entre estas los medicamentos, el acceso a los tratamientos curativos y preventivos y el abastecimiento de los mismos continúan siendo fundamentales en el actual contexto sanitario.
Consciente de estas necesidades, la industria farmacéutica trabajó desde el principio para surtir el mercado nacional con las medicinas necesarias; así lo indicaron ayer durante la presentación del estudio «Comprometidos con la salud», de la Asociación de Industriales Químico-Farmacéuticos de El Salvador (Inquifar).
Lo anterior permitió que el sector se mantuviera a flote durante la pandemia, y que lograra suplir el 73 % de los medicamentos que el país necesitó, incluso logró exportar estos implementos a diversas naciones, indicó la experta en exportaciones Doris Rodríguez.
«Orgullosamente como Inquifar podemos decir que la industria farmacéutica salvadoreña fue el ente productor para los tratamientos que no necesitaron hospitalización. El zinc y la vitamina D que hemos consumido en El Salvador en 2020 fueron fabricadas por manos salvadoreñas» indicó la presidenta de Inquifar, Carmen Pérez.
En este sentido, Pérez también reconoció que, para garantizar el abastecimiento de medicamentos, el sector recibió apoyo de parte del Gobierno, principalmente desde la Dirección Nacional de Medicamentos (DNM), el Ministerio de Economía (Minec) y el Ministerio de la Defensa Nacional, en materia de permisos para los medicamentos controlados.
En este sentido, el director nacional de Medicamentos, Noé Geovanni García, destacó la doble importancia del sector farmacéutico en el ámbito de la salud, porque permite garantizar el acceso y la disponibilidad de los medicamentos; y en el ámbito económico, por ser potencial generador de empleos e inversión y dinamizador de la economía.
Ante ello consideró que «la agilización de los trámites es algo estratégico porque ayuda a la accesibilidad y disponibilidad de medicamentos, pero también dinamiza la economía».
Según el informe, El Salvador se sitúa en el octavo lugar de exportadores en América Latina y el octavo lugar de proveedores de medicamentos en la región Centroamericana, números que le permiten consolidarse como una de las industrias más fuertes del país, que emplea a más 6,000 colaboradores con sueldos que rondan los $700.
En 2019, reportó un crecimiento 3.5 % con más de $170 millones en exportaciones y proyecta que este año cerrará con una cifra menor.
Nos reforzamos para que el Estado tenga la posibilidad de suplir, mediante la producción de la industria farmacéutica nacional, la mayor cantidad de medicamentos que la población demande».
CARMEN PÉREZ, PRESIDENTA DE INQUIFAR.