El Fondo Monetario Internacional (FMI) informó que el aumento de la productividad es uno de los ingredientes principales del crecimiento económico, sobre todo del aumento de los ingresos.
La institución dijo que la pandemia de la COVID-19 cambió la forma en que las personas trabajan y consumen, lo que afectará los cambios en la productividad, tanto en la actualidad como en el futuro. Si bien es difícil predecir la productividad a largo plazo, el informe sostiene que en el contexto actual hay dos canales en los que la pandemia podría influir sobre la productividad: la aceleración de la digitalización y la reasignación de trabajadores y capital entre las distintas empresas.
«La pandemia aceleró el cambio hacia la digitalización y la automatización, entre otras formas, con el comercio electrónico y el trabajo a distancia, y es poco probable que estas tendencias den marcha atrás», indica el informe de la multinacional.
En ese contexto es probable que los cambios tengan un impacto sobre la productividad. Las inversiones en herramientas digitales (desde aplicaciones de videoconferencia e intercambio de archivos hasta drones y tecnologías de minería de datos) pueden conseguir que el trabajo sea más eficiente.
En comparación, un impulso al capital tangible (como los edificios y la maquinaria) se asocia con un aumento ligeramente menor de la productividad. «En la medida que la COVID-19 se disipe, las empresas que han invertido en activos intangibles, como son las tecnologías digitales y las patentes, podrían ver aumentada su productividad como resultado», agregó el FMI.
Por otra parte, la entidad aseguró que los empleos vulnerables a la automatización podrían no recuperarse nunca, lo que implicaría pérdidas de trabajo, desempleo de larga duración y trabajadores en busca de ocupación en otros sectores en los que sus aptitudes no son las adecuadas.
«El flujo de mano de obra y capital hacia empresas más productivas suele aumentar la productividad y puede contribuir a amortiguar el golpe de una recesión. Las medidas de política económica pueden influir sobre el grado de reasignación que existe entre empresas y, por tanto, sobre el aumento de productividad», sostuvo.
Las políticas económicas que pueden ayudar:
Garantizar el uso más eficiente del capital de las empresas en quiebra, con políticas como la mejora de los procedimientos de reestructuración.
Promover la competencia que facilite la salida y la entrada de empresas para limitar el poder de mercado.
Brindar apoyo a los trabajadores desplazados, con el reajuste gradual de las políticas de apoyo, desde el mantenimiento del empleo hacia la reasignación.
«La pandemia aceleró el cambio hacia la digitalización y la automatización, entre otras formas, con el comercio electrónico y el trabajo a distancia, y es poco probable que estas tendencias den marcha atrás».
Informe del FMI.