Habla con un espíritu fresco y emana una sonrisa que denota confianza en sí misma, vitalidad, esperanza y anhelo por un futuro mejor. Sabe que su juventud y el ser mujer son aspectos que pueden generar duda en una sociedad acostumbrada a estigmatizar a jóvenes y mujeres cuando se trata de política, pero levanta el rostro y asume el reto que significa silenciar esas voces estigmatizantes y detractoras.
Ella es Mayra Zetino, alcaldesa de Sacacoyo, un municipio ubicado en el departamento de La Libertad. Con su victoria el pasado 28 de febrero, Mayra puso fin a 33 años de gobierno municipal del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y se ha convertido en una de las alcaldesas más jóvenes en la actualidad.
Como muchos jóvenes, Mayra creció en Sacacoyo pero, ante la falta de oportunidades de desarrollo en el municipio, emigró fuera de la localidad para salir adelante. Ahora, ha decidido tomar un rol importante e impulsar una transformación total, señalando que desea abrir espacios para que otros jóvenes no tengan que salir y despegarse de su natal Sacacoyo, sino animarlos a que se sumen para construir un municipio desarrollado y en progreso.
¿Quién es Mayra Zetino?
Soy una joven de 33 años que asumió el reto de ser la alcaldesa del municipio de Sacacoyo, un municipio que había sido gobernado durante 33 años por el partido ARENA. Pero, gracias a Dios, ganamos y estamos asumiendo ese nuevo reto.
¿Qué la motivó a tomar el reto de lanzarse como alcaldesa?
Más que todo fue la experiencia que yo viví en Sacacoyo. Yo tuve que salir del municipio para poder estudiar y seguir superándome. Ahora, regreso con la única finalidad de ayudar a mi gente y a los jóvenes y a hacer de Sacacoyo un municipio desarrollado. Es curioso, porque la mayoría de personas de mi edad nos fuimos, nos preparamos y… ¡Adiós! Pero las nuevas generaciones sí han vivido lo que ha sido estar gobernados durante 33 años por ARENA y han sufrido todo lo que ese gobierno municipal dejó.
Me fui a los 18 años a estudiar fuera del municipio. Viví fuera de Sacacoyo mucho tiempo y siempre mantuve el deseo de regresar porque veía que las cosas seguían igual y yo quiero ser esa luz de esperanza para que las personas vean que las cosas pueden cambiar.
Da coraje ver que Sacacoyo tiene potencial de comercio, que tenemos recursos, pero que no se han aprovechado al máximo porque las autoridades municipales han buscado solo su beneficio y el de sus allegados. Al final, llegué al punto en que tomé valor y decidí aventurarme a hacerlo. Todos necesitamos involucrarnos para dejar un mejor municipio y un mejor país.
Pero, como usted misma lo dice, no todos los que se van del interior del país desean regresar..
Cuando la gente se va de Sacacoyo ya no quieren saber nada de ahí. Eso es lo que realmente eso sucede. Pero, en mi caso, por mis valores y mi crecimiento espiritual, entendí que debía hacer algo y no solo lamentarme o criticar lo que el anterior alcalde hacía mal. Siempre estuve enterada de lo que sucedía en el municipio y, por eso, tomé la iniciativa de involucrarme de lleno y tratar de hacer algo por la gente con la que yo crecí.
¿No consideró otras formas de ayudar a su municipio que no fueran en política?
Así inicié. Ayudando a la gente sin estar en la política. Fue en el tiempo de pandemia, junto con mi familia y mi equipo de trabajo, que la mayoría son jóvenes. Empezamos a reunirnos y a planear cómo ayudar a la gente en Sacacoyo. Mi familia, que en su mayoría vive fuera del país, comenzaron a ayudarme económicamente y yo también aportaba. Llevábamos víveres, alimentos y colchonetas a la gente necesitada y fue tanta nuestra preparación y organización que otras personas que nacieron en el municipio y que ahora residen en España comenzaron a ayudarnos.
También tocamos puertas de diferentes instituciones que también nos apoyaron. Eso sí: siempre con transparencia, porque si se tocan puertas, se debe ser transparente. Así fue como comenzamos a trabajar y mucha gente comenzó a pedirme que me involucrara, que me decidiera a ser alcaldesa porque ya venían las elecciones y que aceptara el reto. Así fue como tome la decisión.
Y, ¿cómo reaccionó su familia cuando les comentó su decisión?
Me preguntaban si estaba segura y me decían que era un ambiente complicado en el que no tenía necesidad de meterme. Tenían un listado de los porqué no y los porqué sí. Pero, para mí, imperó más los porqué sí. Poco a poco, mi familia empezó a ver que todo marchaba bien, que la reciprocidad de las personas era evidente y, después, hasta mi mamá me pedía que ayudara a otras personas. Así es como se fueron involucrando conmigo.
Y durante la campaña, ¿qué tanto obstáculo representó para usted ser joven y ser mujer?
Hay un dicho que dice: “es mejor lo viejo conocido que lo nuevo por conocer”. El alcalde saliente lo expresaba y decía: “¡Esa bichita no me va a ganar!”, “¡Todavía no ha nacido la persona que me va a ganar!”. Fue bien feo porque comenzaron a estigmatizarme por mi “falta de experiencia”. Esa forma de menospreciar la juventud que tiene ideas frescas y renovadoras fue otro obstáculo que enfrenté. Fue duro. Una vez llegué a una casa y una persona me vio y me dijo: “yo la felicito por su preparación, pero le falta experiencia”. Podía entender su pensamiento, pero creo que los jóvenes debemos ser un relevo generacional en la política y nuestra edad no tiene nada que ver con nuestra capacidad para hacer las cosas.
Ser mujer también fue un obstáculo. A mí me han inventado como cuarenta vidas. Es bien duro y solo me tocaba tragar grueso y agarrarme de manos y pies para no responder a esos rumores de la misma forma. Me tocaba respirar hondo y decir: “¡Calma!”, porque no podía reaccionar abruptamente. A una le inventan de todo por el hecho de ser mujer. También, por ser mujer, algunas personas me miraban de menos. Pero hoy, le cerramos la boca a toda esa gente porque lo que el anterior alcalde no pudo hacer en más de 30 años, lo hice yo en pocos días antes de asumir como alcaldesa.
¿Cuál fue la clave para no dejarse vencer por el estigma que aún hay en este país hacia las mujeres y los jóvenes en la política?
En Sacacoyo yo me dediqué más a ofrecer mi liderazgo. Llegué siendo un referente de cómo los jóvenes teníamos que salir del municipio para poder superarnos y salir adelante, pero que todo eso puede cambiar. Así fue como empecé a proyectar la necesidad de que debíamos hacer cosas diferentes por el bien del municipio. Fue difícil y lo veía complicado. Yo podía haber prometido mil promesas, pero no es lo mismo cuando uno habla menos y acciona más.
¿Qué es lo que busca hacer en Sacacoyo?
Empezamos con pie derecho desde el primero de mayo. La embajadora de China tuvo a bien asistir al acto protocolario y ofreció su apoyo. La mayoría de alcaldes que quedaron y de los pocos que siguen de la vieja política han comenzado a quejarse y a quedarse de brazos cruzados esperando el FODES. Yo siempre le aposté a crear alianzas estratégicas con embajadas y con la cooperación nacional e internacional. Podemos hacer hermanamientos con diferentes países. Podemos trabajar de la mano con el Ejecutivo. Incluso, podemos apostarle a la integración de la región. Los servidores públicos debemos apostarle a todo tipo de integración para ayudar a nuestro municipio, siempre mostrando planes transparentes y efectivos. Lo que necesitamos son proyectos efectivos en los que no sea necesario tocar un solo centavo, sino que todo vaya dirigido al bien de la gente.
Ya han pasado unos días desde que tomara posesión como alcaldesa. ¿Cómo ha sido el proceso de transición?
El alcalde saliente ha tenido cero voluntad. Es más, no me ha vuelto a ver los ojos desde que se conoció el resultado. Hemos hecho comisiones para recibir todo. Él no me vio, mostró cero voluntad y los puestos de confianza tomaron la misma actitud.
De hecho, ahorita me estoy encontrando en la administración que el ingeniero no hacía la función de un ingeniero, sino que miraba la distribución de los torneos de fútbol. Siempre subcontrataron a ingenieros para proyectos. Tenían un desorden. El de informática hacía lo de las cuentas corrientes, el tesorero miraba recursos humanos. Un desastre total, porque nadie hacía las funciones para las que fueron contratados. Además, hemos encontrado personas a las que no les pagan AFP desde 2013. El anterior alcalde siempre tenía su argollita a los que tenía con salarios ostentosos y tenía a otros que sí trabajaban con bajos salarios y pésimas condiciones.
¿Se ve Mayra Zetino como alcaldesa de Sacacoyo por muchos años?
Ahorita mi proyección es tener buenos resultados de aquí a cuando termine el mandato. Mi proyección es a tres años. Pueden pasar diferentes cosas en estos años. Puede ser que tome otro rumbo. Pero, ahorita, mi proyecto son estos tres años.
¿Qué le diría a las mujeres y a los jóvenes que piensan involucrarse en la política?
Las mujeres debemos aprender a apoyarnos, a ayudarnos. Tenemos que ayudarnos en silencio. Al final, entre nosotros mismas nos hacemos pedazos, cuando deberíamos apoyarnos. Tomar estas decisiones es de mucho coraje y de valentía porque es un ambiente bastante complicado y deben tenerse convicción y principios bastante cimentados.
La juventud también debe demostrar que no es cuestión de edad, sino de capacidad. Hemos visto a políticos viejos hacerle tanto daño al país, que los jóvenes tenemos la oportunidad de representar un cambio generaciones que beneficie a El Salvador. Podemos hacerlo y debemos hacerlo. Hay que tomar valentía para asumir el compromiso y poder demostrar que se puede ser transparente y correcto y que eso no tiene nada que ver con la edad.