Hace un año hizo su debut la Ley Bitcóin, una normativa que puso a El Salvador en los ojos del mundo por ser una apuesta innovadora y revolucionaria en términos financieros, de tecnología y de inversión.
Criptoinversores como Max Keiser o Simon Dixon han asegurado que El Salvador dejó de proyectarse al exterior como «un país con altos índices de violencia» y ahora es llamado «el país bitcóin».
Esa afirmación se sostiene con el hecho de que la aprobación de la ley representó un llamado de inversión para las grandes empresas de criptomonedas en el mundo y una oportunidad de negocios para los salvadoreños que ya trabajaban en el sector tecnológico.
Según datos del Banco Central de Reserva (BCR), 59 empresas se han registrado como proveedoras de servicios bitcóin, las cuales generan empleos y han logrado desarrollar un ecosistema con soluciones financieras accesibles para los salvadoreños.
Entre los inscritos para dar servicios con bitcóin, además de la billetera gubernamental Chivo Wallet, se encuentran casas de intercambio, conocidas como exchanges.
Algunos entes registrados como casas de intercambio son Paxos, Paxful, Eleos, Bitpoint, Oggo Exchange y Koibax, mientras que otros proveedores registrados dan el servicio de custodios de bitcóin.
Estas firmas ya han hecho inversiones en el país y continúan desarrollando propuestas para llevar inclusión financiera a los salvadoreños. Además, otras empresas han anunciado operaciones millonarias en el territorio.
En este escenario, compañías de manejo de activos como Bank To The Future buscan instalar operaciones en El Salvador próximamente y traer $6,000 en capital invertido en su plataforma. Con ello, busca ser el punto de partida de un «Wall Street» del bitcóin.
Asimismo, con una inversión de $200 millones, un consorcio suizo, liderado por un salvadoreño, adquirió el compromiso de construir una planta fotovoltaica en el país que inyectará energía a la red nacional, pero también será utilizada para minar bitcóin.
Pero no solo criptoempresas se acercaron al país, también el grupo Invictus Investment anunció que realizará una inversión de $1,200 millones para construir tres hoteles en El Salvador. Los inversionistas del proyecto aseguraron que apuestas como bitcóin y Surf City les motivaron a apostar por El Salvador.
Más turismo con bitcóin
En el último año, el turismo internacional ha crecido en El Salvador de forma exponencial. Un reporte de la Organización Mundial del Turismo (UNWTO, por sus siglas en inglés) posicionó a El Salvador entre los 15 países que han superado sus ingresos por turismo, y es el primero en la región con números positivos entre enero y mayo de este año.
Según el presidente Nayib Bukele, el bitcóin y el surf han apalancado al sector y permitido la llegada de visitantes extranjeros. Muchos han visitado el país -incluso han comprado residencias- curiosos por vivir la experiencia en el «país del bitcóin».
EDUCACIÓN
Entre los espacios de educación en bitcóin está la Casa del Bitcóin que ha recibido más de 1,000 personas, «Mi Primer Bitcoin» que ha desarrollado nuevos proyectos como un diplomado de bitcóin que ha graduado dos promociones de centros escolares públicos con más de 90 estudiantes, y «Torogoz Dev» que educa a decenas de desarrolladores nacionales.
REMESAS
El Banco Central de Reserva (BCR) informó que las remesas ya rompieron la marca de los $100 millones, a un año de haber entrado en vigencia la Ley Bitcóin. Entre septiembre de 2021 y junio de este año, los salvadoreños transfirieron $120.5 millones en remesas a través de plataformas cripto a sus familiares.
DONATIVOS
Bitfinex y otros bitcoineros anónimos decidieron donar fondos para apoyar emprendedores y a iniciativas sociales en Ilopango, Soyapango, Apopa, además en Nueva Concepción, en Chalatenango. En total, el capital donado alcanza los $2 millones para todo El Salvador.
INNOVACIÓN
Desde el 9 de junio, El Salvador cuenta con su primera galería en físico de tokens no fungibles (NFT, por sus siglas en inglés), un proyecto que fortalece el ecosistema cripto que se gestó en el país desde que se aprobó bitcóin como moneda de curso legal y abre oportunidades a artistas salvadoreños.