En El Salvador y el mundo hablar de la Champions es referirnos a la Liga de Campeones, Copa de Europa o UEFA Champions League, el torneo de fútbol más prestigioso de clubes del mundo, que se juega desde la temporada 1955-1956, y su final es la segunda más vista en el mundo, después de la final de copa mundial.
Desde su lanzamiento ha adoptado diferentes formatos, pero siempre están los mejores, los que toman grandes decisiones en inversiones y contrataciones, que tienen el apoyo de millones de seguidores, es un torneo élite del más alto nivel, los mejores jugadores y estrategas del mundo del siglo pasado y del presente han formado parte de esa historia. La Champions es otro nivel.
Durante la presente semana, con motivo de la visita oficial del presidente Nayib Bukele a nuestra hermana República de Costa Rica, ambos mandatarios, en conferencia de prensa con medios locales y cadenas internacionales, anunciaron la Liga de Naciones, iniciativa por el momento bilateral que prioriza la seguridad y la prosperidad para los habitantes de El Salvador y Costa Rica. Inmediatamente pensé en esta columna y el paralelismo con la Champions League, ya que es un ejemplo y una apuesta para que otros países que compartan esta visión o la adquieran se sumen.
La misión y visión es, desde mi punto de vista, mejorar las condiciones de sus poblaciones. Esta iniciativa permite documentar y protocolizar las mejores buenas prácticas de la estrategia denominada por el presidente Bukele Plan Control Territorial, la política más exitosa en El Salvador en 203 años de república, no hay otra que tenga los resultados y la evidencia, y que haya trascendido dos administraciones del Órgano Ejecutivo por 66 meses consecutivos y que sigue con una clara tendencia a la baja, logrando desmantelar y desarticular a las pandillas criminales transnacionales MS-13 y Barrio 18, siendo el único país en el mundo en lograrlo hasta la fecha. Costa Rica, por su parte, fue un modelo de seguridad, educación, turismo y democracia durante los primeros 20 años del presente siglo, y mantiene liderazgo en muchas áreas, pero se ha visto limitada por el accionar del crimen organizado y un grave problema de drogas que conllevó a que 2023 fuera al año con el mayor número de homicidios intencionales.
La Liga de Naciones abre la oportunidad para que otros países que compartan estos valores, principios, estrategias, políticas y modelos puedan sumarse y ser parte de un gran equipo, líder, ganador, élite, visionario; considero que naciones como Panamá, Ecuador, Chile, Uruguay, Paraguay, Honduras, Guatemala, Belice, y esto puede hacer que verdaderas potencias se sumen y apoyen, como Argentina, México, Colombia, Brasil.
El Salvador se encuentra ahora preparado para aspirar a más, para una visión futurista, para ser líder y destacar, para poder compartir una visión de resolver causas estructurales de pobreza extrema, pobreza, violencia, inseguridad, marginación y exclusión y promover un modelo de prosperidad donde las familias y los ciudadanos puedan desarrollarse y triunfar en sus países, pero de igual forma para unir esfuerzos de cooperación, acuerdos, alianzas estratégicas, experiencias y proyectos que fortalezcan a los países con una visión compartida de ubicar al centro a sus ciudadanos.
Esta Liga de Naciones, a diferencia de la Champions League, no busca un trofeo, o la tan ansiada Orejona; por el contrario, pretende transformar vidas, que las sociedades progresen, el reconocimiento y la admiración de sus ciudadanos para aquellos líderes y sus Gobiernos que desarrollaron políticas públicas de desarrollo humano.