¿De dónde surgió el título «La palabra olvidada»?
Tiene que ver con esta constatación de que el mundo colonial centroamericano, tanto desde la lengua como desde la literatura, pues había quedado olvidado, y era un mundo desconocido en el que había que entrar. La idea era precisamente recuperar esa palabra olvidada que en el fondo es la base de lo que hoy hablan todos ustedes.
¿Cuáles fueron los grandes hallazgos? ¿Comprueban o desmitifican?
Si te hablara como lector, hay de las dos cuestiones que has hablado. Por un lado, en la parte de la literatura descubrimos que esa idea de que la literatura colonial centroamericana era escaza o de la mala calidad, casi que anecdótica, pues no es cierto. Era desconocida, pero es una literatura de altísima calidad y tiene que seguir investigándose. Allí cambiamos esa idea. Y en cuanto a la lengua, quizás el aporte interesante es ver los procesos de dialectalización. Es decir, desde qué momento los centroamericanos hablan tan centroamericano y, en ese sentido, algunos de los estudios demuestran que ya al final de la época colonial había una identidad lingüística centroamericana que los identificaba como tales.
Cuando dice que es una literatura de alta calidad, ¿qué encontraron?
Por un lado, lo que se hizo fue revisitar una serie de piezas que quizá no se habían evaluado y valorado de una forma del todo correcta y, por el otro lado, sí que se descubrieron una serie de piezas que quizá no eran demasiado conocidas. Geannini Ruiz Ulloa, que es de la Universidad de Costa Rica, trabaja el primer texto dramático, el primer texto teatral de Centroamérica que, precisamente, es de El Salvador.
¿De qué se trata?
Es de Sonsonate y se trata de una especie de celebración por la coronación de Carlos III. Entonces, se hacen una serie de alegorías de carrozas donde se representaba al rey, luego a los criollos y a los mulatos, unas alegorías extraordinarias. La calidad es una literatura semejante a la que se hacía en México, con gran calidad como la que se hacía en México, uno de los grandes centros, o incluso en España. En ese sentido, por lo que sabemos ahora de Centroamérica no tenía nada que envidiar a los que se estaba haciendo en otros lugares del mundo hispánico.
Ahora que nos compara con México, que siempre es nuestro gran referente en Centroamérica, y dice que no teníamos nada que envidiarle ¿Cuáles son esos parámetros que ya se habían identificado en la lengua y literatura mexicana con la que nosotros nos podemos comparar y decir estábamos a nivel?
Por ejemplo, los tipos de textos que aparecían. Por otro lado, estas mismas carrozas también aparecían en México, también las relaciones de fiestas, las descripciones de fiestas, son paralelas a las que se hacían en México. Entonces, digamos, que lo que se seguía eran los mismos modelos, los mismos tipos que había en México.
Encontraron manuscritos o piezas talladas, ¿dónde encontraron este texto?
En concreto, estas aparecen impresas. Se imprimieron en Guatemala, en papel, pero luego la búsqueda en los archivos, pues también permite acceder a otra serie de piezas que quedaron inéditas. En este sentido, hay un trabajo en la parte de lengua de Gabriela Cruz, de la Universidad de Costa Rica, donde lo que hace es hablar de cómo preparar un corpus lingüístico para poder estudiar los orígenes del español.
A nivel de lengua, ¿qué identificaron?
Yo trabajé la pronunciación de Nicaragua. Entonces, mi pregunta era de una forma poco seria, pero muy gráfica decir: “¿Desde qué momento los nicaragüenses hablan tan nicaragüense?” Y desde el punto de vista de la pronunciación, me parece que queda demostrado que ya para el siglo XIX el habla de los nicaragüenses era muy similar en la pronunciación a la que existe ahora. Ese proceso de dialectalización ya se había producido durante la época colonial.
¿Logran identificar por qué ese acento es bien particular y diferente a toda la región?
No se puede establecer a qué se debe o que yo lo sepa. Sabemos qué es lo que ocurre, pero no sabemos el porqué.
Para poner en justa dimensión el aporte que ustedes han hecho con estos dos volúmenes ¿Es la primera recopilación, el primer estudio? ¿Dónde se ubica?
En realidad, trabajos había previos, naturalmente. Me parece que el mérito de este trabajo, por un lado, ha sido concentrar una serie de estudios y sobre todo concentrar la lengua y la literatura que en los últimos tiempos ha tendido a separarse, cuando es obvio que son la cara y la cruz de la misma moneda. Entonces, el mérito es volver a la visión filológica de la lengua y la literatura como un conjunto, eso, por un lado, y, luego, quiero pensar que estos trabajos pueden servir de acicate para que se desarrollen nuevos estudios. Es decir, que nos los planteamos no como un punto de llegada, sino como un punto de salida a partir del cual seguir investigando estas cuestiones debe ser una tarea.