El pasado 1.º de junio, el presidente de la república, Nayib Armando Bukele Ortez, se presentó en la Asamblea Legislativa ante los representantes de los habitantes de nuestro país, con motivo de su tercer aniversario de Gobierno, pero su mensaje estratégico fue centrado, en mi opinión, a los salvadoreños que están dentro y fuera del país, a los más vulnerables, a los que habitan en zonas y sectores donde las pandillas habían desarrollado miniestados paralelos, iniciando su discurso de esta forma: “Estoy aquí para decirles a todos algo que muchos pensaron que era imposible: estamos a punto de ganar la guerra contra las pandillas».
Una frase que generó un impacto inmediato en los medios de comunicación nacionales e internacionales, y se volvió tendencia en multiplataformas de redes sociales, y no es una frase menor, ya que representa esperanza para un país que estuvo arrodillado y desprotegido ante las pandillas. Durante la década anterior, a las pandillas se les permitió avanzar y potenciar actividades de crimen organizado, ante tantos flujos millonarios de dinero producto de crímenes y delitos contra la población, negocios, emprendimientos y empresas nacionales y transnacionales. Algunos dirigentes políticos, algunos exfuncionarios, algunas personas de grupos de poder y fácticos de nuestro país que están vinculados con actos de corrupción e impunidad avalaron y permitieron entregarles parte del territorio, darles empleo en instituciones del Estado, convertirlos en actores políticos, darles una categoría que ni ellos buscaron (ni pensaron alcanzar) a cambio de votos para mantenerse en el poder y seguir saqueando las finanzas del Estado salvadoreño. A estas estructuras delictivas solo les importaba hacer más dinero y mejorar sus altas ganancias producto de la industria criminal. Pero estos malos salvadoreños les enseñaron otro camino, los prepararon y los adiestraron para que ambos grupos terminaran extorsionándonos.
Que el presidente Nayib Bukele se presente en cadena nacional de radio y televisión, que dicha señal se difunda a escala internacional en directo y que emita esa frase es un compromiso ante El Salvador en primer lugar, pero un mensaje ante el mundo, ante muchos países que comienzan a llegar a los años 2008-2009 en nuestro país, que pueden evitar llegar hasta como estuvo El Salvador. No puede tratarse de marketing político ni debe ser una frase que genere solo mayores expectativas o una emoción por tres años de Gobierno, o porque en 36 meses de su gestión no han existido homicidios en cuatro meses y medio, o que al momento de su mensaje la tasa de homicidios era inferior a Chile y Perú, que cerraron 2021 como los países con menor violencia homicida, o porque las denuncias de personas desaparecidas tienen una estrepitosa caída, o porque diferentes empresas y asociaciones empresariales reportan caídas de entre 80 % y 100 % en extorsiones en el presente año, entre otros datos relevantes, y que existe suficiente evidencia.
Señor presidente Nayib Bukele: los salvadoreños de mi generación nunca hemos disfrutado de paz, de sana convivencia, de un país libre de bandas organizadas, delincuencia común y, en el presente siglo, de pandillas. Cuando finalizó el conflicto armando, los políticos y exfuncionarios de aquella negociación nos engañaron, nos mintieron diciendo que venía la paz, que llegaría el desarrollo, que terminaban las condiciones de marginación, pobreza y exclusión, decían que seríamos similares a muchos países, que tendríamos un país libre de toda expresión de violencia. Todo fue mentira. En El Salvador no se logró el desarrollo posterior al conflicto armado, como ha sido la tendencia y la historia de las naciones. Es mi oración a mi Señor Jesucristo y anhelo que su frase sea una realidad, que haga todo lo posible por cumplir esa promesa, esa esperanza que ha sembrado en la mayoría de la población, que le brinda un respaldo de nueve de cada 10 salvadoreños. Lo apoyamos en las decisiones estratégicas que ha tomado con el Plan Control Territorial y en esta ofensiva contra las pandillas criminales por medio del último recurso constitucional, con el objetivo de que sea el final de la actividad criminal y delictiva de las pandillas en El Salvador.
Espero el día de esa cadena nacional de radio y televisión para que brinde la mejor noticia de lo que va en el presente siglo: que usted, el Gabinete de Seguridad ampliado y la población que está contribuyendo con sus denuncias y su participación ciudadana hemos ganado la guerra contra las pandillas criminales. Que Dios lo bendiga y lo guarde, le brinde sabiduría y que antes de que finalice 2022 podamos verlo y escucharlo con la mejor noticia para El Salvador.