La aparatosa caída de la selección mayor femenina ante Canadá estaba entre la lógica en la fase de grupos de la Copa Oro. Éric Acuña, entrenador de este combinado tenía presupuestada la derrota ante la selección norteamericana, pero no en la forma que le hicieron daño.
Sin embargo, para el timonel de la Azul femenina, el objetivo que se planteó desde el inicio, asegura que sigue intacto y luchará con las chicas en los dos partidos restantes de esta ronda, contra Costa Rica el domingo y frente a Paraguay el próximo miércoles, para alcanzarlo.
Pero para Acuña, aparte del aprendizaje que espera que sus pupilas hayan asimilado, no hay nada más qué rescatar del choque ante las canadienses. «Sí luchamos, sí aprendimos, pero no existimos», dijo el timonel.
«Estamos jugando contra un equipo muy importante, con una potestad completamente distinta a la nuestra. Casi le pego al marcador que anoche (miércoles) le dije a mi cuerpo técnico que íbamos a perder. O sos realista o no sabés de dónde querés arrancar para saber dónde querés terminar. No me gusta cómo se perdió, por supuesto, se hubiera podido perder de otra manera, más digna, jugando mejor. Al final no me importaban los goles, quería que mi equipo perdiera el miedo de jugar contra cualquiera, pero no se pudo todavía», externó Acuña tras el partido.
El técnico de la femenina mayor reiteró en varias ocasiones que el miedo le pasó factura a su equipo ante un rival de mayor envergadura, pero dijo sentirse cómodo con que le hayan desnudado las falencias a su equipo.
«Yo no vine a jugar aquí con Canadá, por lo menos no en primera ronda, porque todavía no estamos a esa altura. El que crea que está a esa altura está equivocado. ¿Qué falló? El miedo, no me gustó el miedo con el que se jugó, nadie quería la pelota: mis contenciones se escondían con la línea de centrales, no se dejaban cochear, dábamos indicaciones… Creo que la meta de llegar a cuartos de final está intacta y vamos a seguir luchando por eso», confió Éric.
Acuña también habló de respeto, tal y como lo dijo en la previa a este compromiso ante las de la Hoja de Maple. Quería que se respetara al rival tratando de jugar de igual a igual, pero el volumen de juego que presentó la última campeona olímpica, considera que abrumó a varias de sus jugadoras.
Incluso, el técnico considera que los cambios del primer tiempo, cuando corrigió por la banda izquierda, fueron acertados, porque calculó que pudieron recibir más tantos antes de ir a la pausa del medio tiempo.
«Ellas saben a qué le llamo respeto. Les tuvieron miedo, tuvieron miedo a jugarles. Ellas saben que para mí el respeto es jugar al mil, pegar patadas, aruñones, mordidas, eso es respeto. Respeto también es que estés jugando con el equipo más malo y le metás 10. Para mí respeto es lo que Canadá hizo. Pudo bajar los brazos en cualquier momento, bajar su ritmo, ganar 3-0, no cargar físicamente a sus jugadoras, evitar tarjetas. Nos respetó. Para mí respeto es jugar los 90 minutos. No te puedo decir que El Salvador respetó a Canadá, porque respetar es jugar», recalcó el seleccionador.