Eran tiempos difíciles en El Salvador cuando su talento se dio a conocer. La pandemia de la COVID-19 arreciaba con mayor intensidad y el Plan Nacional de Vacunación comenzaba a dar sus primeros pasos de forma esperanzadora. Ahí fue cuando, de pronto, un joven comenzó a llenar los pasillos del Megacentro de Vacunación en el Hospital El Salvador con la música de su violín, haciéndose rápidamente popular en redes sociales como «El Médico Violinista».
Ese joven es Juan Galán, un estudiante de medicina quien realiza su año social en la Unidad de Salud de San Miguelito. Como músico, Juan tiene una carrera que inició a sus 13 años de edad, la cual nunca ha descuidado pese a lo difícil que es estudiar medicina. Al contrario, el manejar ambas cosas le ha permitido tener una idea de vida diferente y proyectarse como un médico para el alma y el cuerpo.
Para Juan, la clave de llevar ambas cosas es el entender que tienen un punto en común: ayudar a otros. Con la música permite que la gente conecte con sus emociones y sentimientos. Con la medicina, recupera la salud de la gente y les ayuda a superar sus enfermedades. De ambas formas, este joven ha entendido que puede incidir positivamente en la vida de otros.
¿Quién es Juan Galán?
Juan Galán es un estudiante de medicina ya en su último año, actualmente haciendo el año social en una unidad de salud y, además de eso, es músico y tiene 13 años tocando violín y ha logrado juntar ambas cosas. Soy un joven que tiene aspiraciones y salir adelante.
¿Cómo nació tu camino en la música?
Tenía 10 años cuando fui a clases de piano, pero no me gustaron, así que las dejé. Posteriormente, me quedé de vacaciones y mi hermano nos había puesto a clases de música a todos, pero solo faltaba yo. Me dijo que tenía que escoger un instrumento y le dije que iba a escoger la guitarra, pero me dijo que no porque mi hermano ya tocaba guitarra. Solamente faltaba el violín y el cello, así que le dije que el violín. No tenía mayor interés, sinceramente. Creo que, si no hubiera sido por mi hermano, no hubiera conocido el instrumento.
Cuando comencé a conocerlo, a día de hoy, no lo he dejado de practicar, a pesar de llevar la carrera de medicina a la par y un trabajo como médico en año social. Comencé a tocar a los 13 años y, ahora, tengo 26 años de edad.
¿Ha sido complicado llevar la disciplina musical junto a tus estudios de medicina?
Ha sido algo que demanda orden y, principalmente, esfuerzo en ambas carreras. He pasado por diferentes procesos, tanto en la música como en la medicina, que hay que saber sobrellevarlos. Mucha gente dice que no se puede. Pero, creo que todo es de orden. Empecé en clases de violín en Santa Ana durante un año, después me metí en la Orquesta Sinfónica Juvenil, donde estuve nueve años. Posteriormente, por el estudio de medicina, tuve que salirme del sistema de orquestas que había acá en San Salvador. Dejé la orquesta por las prácticas de medicina, pero ahí tuve la idea de abrir un canal en YouTube. Creo que eso fue el punto clave de mi carrera.
Llegué a Santa Ana y comencé un canal en YouTube. Pensaba en hacerlo en un año esperando a ver si YouTube me pagaba algo. Hasta ahora nunca ha sucedido, pero creo que las redes sociales permiten que uno vaya creciendo paso a paso. El canal no tuvo un éxito de entrada. Es más, no he tenido videos virales, pero gracias a Dios he podido llegar a diferentes personas. Ahora, gracias a Dios, hoy en día, he podido combinar ambas cosas, mi carrera médica y mi música, para poder hacer algo especial. No podría ser «Juan Galán, médico y violinista» sin tener ambas cosas.
Te diste a conocer por tu participación tocando violín en el megacentro de vacunación del Hospital El Salvador. ¿Cómo surgió esa oportunidad?
Como estoy haciendo mi año social en la Unidad de Salud de San Miguelito, ahí surgió la idea, junto al director, de animar con la música en el Día de la Secretaría. El sistema de la bocina que tengo es inalámbrico, así que me salí a tocar al espacio donde hacen la vacunación en la unidad de salud. La reacción de las personas fue increíble. La gente llegaba a aplicarse una vacuna y encontraron a un doctor tocando violín. Eso causó impacto entre las personas, quienes aplaudieron como si fuera una sala de concierto y también se popularizaron videos en redes sociales.
Así fue como me contactaron medios como Telemundo para conocer al doctor violinista. Después, salió la idea con el director de la unidad de salud de ir al megacentro de vacunación. La idea se concretó y pude participar en ese lugar. Como médico hago mi trabajo y mi pasión, pero como músico hago lo que también me apasiona en lugares a los que puedo llegar porque tengo la gabacha, porque soy médico. Ambas cosas me han dado esta oportunidad.
¿Hay algún género musical con el que más te identifiqués?
Generalmente tocó pop, electrónico y reguetón…
Pero, el reguetón no se considera como un género musical que se pueda tocar con un violín…
(Sonríe) Creo que eso es parte del éxito que gracias a Dios he tenido, que nadie se imagina una canción de reguetón tocándose con un violín. La gente piensa que el violín es aburrido. Pero, la verdad, es un instrumento súper versátil. Es algo que impacta y las personas creen que es aburrido, pero se impactan al ver un género nuevo. Al final, es un instrumento musical y se puede adaptar a los géneros que existen y a los que van a existir más adelante.
¿Alguien te dio la idea de que sería llamativo tocar música moderna con violín?
Realmente no. Empecé a hacer covers con el soundtrack de la película «El Aprendiz de Brujo», con Nicholas Cage. Esa fue la primera canción que saqué, mi primer cover. Luego, comencé con la música de moda y diferentes canciones. La primera canción de reguetón que saqué fue «Despacito». No me costó aventurarme a hacer eso. Vi que a la gente le gustaba y comencé a sacar canciones de reguetón. Ahora, he tocado hasta música de Bad Bunny, que es algo que a la gente le impacta un poco más.
¿Te han criticado otros músicos por tocar reguetón con un instrumento como el violín?
Yo pienso que no. Los músicos son bien celosos, más los violinistas. Los músicos nos dividimos por estratos sociales prácticamente, casi que cada sección es una clase social en una orquesta. Probablemente, algún músico dirá que lo que yo hago no es tocar violín. Pero, definitivamente, la música va evolucionando. Estuve nueve años en la Sinfónica Juvenil, así que empecé con música clásica. Esos fueron mis inicios. Pero un buen músico es alguien que sabe tocar sin discriminar géneros.
¿Es complicado dedicarte a la música en este país?
Sí y no. Creo que el inicio de cualquier artista es difícil, como el de cualquier profesión. Lo he comprobado en la medicina. Pero, en lo personal, creo que hay ciertas posibilidades en la medida en que te vas dando a conocer. A mí me sucede que, al irme dando a conocer, se han abierto espacios. Al principio no era así. Empecé en un restaurante en Los Naranjos tocando cinco o seis horas por $60. Pero en ese momento llevaba mi equipo de sonido y eso era un gasto extra. El inicio es lo más difícil y, aún cuando ya estás posicionado, siempre hay dificultades.
Desde tu experiencia, ¿considerás entonces que las redes sociales son ahora una ventana para quienes no tienen oportunidades tan fácilmente?
Sí, definitivamente. En mi caso, cuando comencé el canal de YouTube no tuve mayor éxito o el éxito que esperaba. Pero con las redes sociales tuve una ventana que no imaginé. Con las redes sociales me he hecho viral como médico y violinista. Creo que hay un momento para todo, pero las redes sociales han formado una parte fundamental en mis carreras, por lo que creo que también pueden serlo para las carreras de otras personas. Son una herramienta para darse a conocer fácilmente y abre esas oportunidades.
Las redes sociales pueden funcionar para todo lo que cada quien haga. Si te gusta dar clases, podes subir videos enseñando y eso puede ayudarte. Si te gusta o tenés algún talento, también pueden impulsarte a que otros te conozcan. Son una ventana que debemos aprovechar. En mi caso, han sido importantes para que pueda dar a conocer mi música.
En el país, a menudo se cree que una persona debe elegir entre la vida artística o la vida profesional. ¿Crees que realmente es así?
Creo que nunca hay que echarse para atrás por un comentario de nadie, ni siquiera de nuestra familia. Hay muchos prejuicios en el país. Siempre he pensado que, en este país, al ser pequeño y en desarrollo, es un país donde hay muchas oportunidades, porque hay muchas cosas que no hay. Las personas sí están, pero falta apoyo o ánimo. Es un país donde solo falta dejar atrás el miedo a las redes sociales o a recibir respuestas negativas. La clave es no desistir y ser constante.
Es clave también llevarse con personas positivas que nos apoyen y que nos ayuden a llevar ambas cosas. A veces habrá momentos donde sea poco compatible, pero no veo porqué no puedan cumplirse los sueños en este país. Se puede lograr lo que uno se proponga en este país. Tu proyecto le puede gustar a alguien y alguien te va a apoyar, todo está en que no desistás.
Medicina y música son dos disciplinas que enseñan valores. ¿Cuáles te han enseñado a ti?
Lo primero es la responsabilidad. Estudiar medicina implica responsabilidad y tocar un instrumento implica responsabilidad también. Ambas son cosas que ameritan tiempo y dedicación. Si sé que tengo un evento con canciones nuevas, voy y las preparo con tiempo, no una noche antes. Igual la medicina, si tengo un paciente con un cuadro complicado, lo preparo con dedicación y tiempo.
También enseña la disciplina de dedicarte a algo con mucho empeño y eso también conlleva paciencia, porque la carrera de medicina es larga y el aprendizaje de un instrumento también lleva tiempo y dedicación. Son varios valores los que vas aprendiendo en ambas carreras. Es una formación continua y de tener mucha paciencia.
¿Te ves haciendo las dos cosas siempre?
Quisiera hacer ambas cosas siempre. Amo la música, pero sé que la medicina es demandante. Espero poder manejar el horario para poder hacer ambas cosas y seguir haciendo lo que más me gusta. Es raro que ambas actividades choquen, pero son agendas que se pueden manejar.