Ayer tomó posesión Donald Trump como el 47.º presidente de Estados Unidos, y en su discurso esbozó los temas que serán prioridad durante su mandato. Algunos de ellos, como la migración, están presentes desde su campaña electoral, y ponerlos en la práctica es más difícil de lo que parece.
Por ejemplo, el presidente Trump anunció el envío de tropas a la frontera sur, es decir, la que comparte con México, pero no solo para enfrentar la llegada de inmigrantes indocumentados, sino también para enfrentar la amenaza del narcotráfico.
Una de sus primeras órdenes ejecutivas ha sido declarar organizaciones terroristas a los carteles de narcotraficantes, lo que abre un abanico de posibilidades de la forma en que los combatirá. Es decir, hay carteles que tienen presencia en múltiples países y que tienen altas conexiones de poder, como lo demuestran las millonarias recompensas por las máximas autoridades de Venezuela, a las que Estados Unidos vincula con narcoorganizaciones.
Trump busca enfrentar la creciente llegada de fentanilo y metanfetaminas, dos drogas que están causando mucha mortandad entre la juventud estadounidense. Además, continuar con la lucha del trasiego de cocaína.En este esfuerzo, El Salvador ha demostrado que tiene mucho que aportar. Los grandes decomisos de drogas en altamar demuestran no solo la alta efectividad de la Marina Nacional, sino que también ponen de manifiesto el compromiso del Gobierno del presidente Nayib Bukele con la comunidad internacional.
Frenar el tráfico de drogas salva muchas vidas no solo en el país, sino también en el lugar de destino de estas sustancias prohibidas, el cual es, por su enorme mercado, Estados Unidos.
El presidente Trump también ofreció utilizar el poder de la ley federal para eliminar a las pandillas y grupos criminales dentro de Estados Unidos. Este paso es muy importante y revela el cambio en la forma de operar del nuevo mandatario, que, al igual que en El Salvador, se decanta por proteger los derechos de los ciudadanos y no de los criminales.
La forma en que las pandillas se han apoderado de calles se refleja en la creciente oferta de drogas, muchas de las cuales son distribuidas por estas organizaciones. El Plan Control Territorial ha demostrado ser una política de seguridad efectiva para erradicar a las maras y es algo por lo que el presidente Bukele ha recibido reconocimiento internacional.