En las declaraciones de un arzobispo católico, sumadas a las de un pastor evangélico, abiertamente opuesto a las políticas gubernamentales, la oposición vio que podía hallar combustible para ponerle a su moribundo proyecto desestabilizador.
Primero los incitaron a manifestarse en contra de la minería, un tema que abordan desde su limitada, sesgada y politizada forma de ver cada iniciativa que se impulsa, para luego utilizar esas declaraciones en sus ataques viscerales y sin ningún fundamento contra del Gobierno.
Otra vez estas iglesias actúan ignorando la sabiduría de ese ser supremo que dicen promover y las enseñanzas del que vino a compartir con nosotros la experiencia de ser mortales, y terminan siendo utilizadas por los mismos intereses oscuros que en los últimos meses se han dedicado a defender a quienes hundieron al país en un terrible sufrimiento.
No hay nada peor que una iglesia instrumentalizada, y más aún cuando la manipulación viene de gente que públicamente ha manifestado no creer en Dios. Es como si estos líderes religiosos estuvieran poniendo sus instituciones al servicio de quienes ejercen el papel de discípulos del mal.
¿Cómo se les ocurre a estas iglesias ponerse de lado de una oposición que busca volver al oscuro pasado del que con dificultades logramos salir?, una oposición que día con día expulsa veneno y vocifera palabras soeces contra un pueblo, simplemente porque no optó por ellos en las pasadas elecciones. Además, es una pena que estos líderes, supuestamente inteligentes, no se den cuenta de que están siendo utilizados con fines políticos.
Soy católico, pero repudio que la iglesia se ponga de lado de quienes, cuando tuvieron su oportunidad, no hicieron más que sumir a la nación en el dolor, el crimen y la miseria, y que hoy pretenden usar esa institución para recuperar lo que perdieron por corruptos e incompetentes.
¿EXCOMUNIÓN? YA NO ESTAMOS EN LA EDAD MEDIA
En la mente de un retrógrado sacerdote católico y de la poco pensante oposición, se instaló hace poco la tonta idea de que era posible excomulgar a ciertos políticos.
La excomunión es una anticuada práctica de la Iglesia católica, como lo son también la venta de indulgencias y la Inquisición. Las últimas dos consideradas como los peores errores de esa iglesia, pues la venta de indulgencias era una práctica corrupta mediante la cual se engañaba a las personas, principalmente a las más adineradas, diciéndoles que con la riqueza que tenían podían comprar la salvación, que solo bastaba con transferir una parte de esas riquezas a las arcas de la Iglesia. Respecto a la Inquisición, fue con esta que la institución religiosa cometió sus peores atrocidades, por las que el mismo papa Juan Pablo II tuvo que pedir perdón.
Con relación a la excomunión, esta quizá tenía efecto cuando la Iglesia católica era única y poderosa, y la mente de las personas podía manipularse induciéndolas al miedo de que si eran excluidas perderían el derecho de estar en aquel día a la diestra del Padre. Ahora, la misma Iglesia católica sabe que expulsar a sus miembros es como enviarlos directo al seno de las iglesias protestantes. Por lo tanto, como amenaza, esa práctica hace tiempo dejó de ser efectiva.
Sin embargo, como si viviéramos en la Inglaterra medieval del rey Arturo, anda por ahí ese sacerdote que, por cierto, se apellida como el compositor de los preludios, quien, secundado por una oposición trasnochada y no menos desorientada, pide excomulgar a quienes no piensan como piensa la decadente derecha o como piensa él y sus «compadres» los izquierdistas.