Sobre la arena, La Pirraya y Chirilagua litigaron más que tres puntos: se jugaron el orgullo y el prestigio frete a un público que se estampó tras una tela metálica y atestiguó una batalla entre titanes.
Resultaron pocos 36 minutos, para llenar los paladares y la lujuria deportiva de una hinchada local que exigía a los suyos dejar el pellejo, sudor y sangre en la arena y así lo hicieron. Tanto los usulutecos de La Pirraya como los migueleños del Chirilagua jugaron con el orgullo en el pecho, con el corazón latiendo a mil, y convencido que no les servía más que el triunfo.
Por un lado, Eliodoro Portillo y su armada querían firmar de una vez su boleto a los cuartos de final y los anfitriones, nada cálidos, habían visto ganar al Espino a primera hora y urgían del triunfo para no llegar obligados al duelo de hoy. Así, en una de las primeras acciones del juego Santos Armando González descorchó el festejo local con un potente remate que dejó sin chance a Leo Portillo. La celebración no obstante fue efímera porque en una jugada de riñón el gigantón Melvin Segovia decretó el 1-1 conque se bajo el telón del primer acto.
A la vuelta del descanso, La Pirraya encontró el oxigeno y con tantos de Jeffrey Maravilla y Exón Perdomo se puso 3-1 arriba, lo que le permitió cierta comunidad para irse a la segunda pausa. En el tramo final, después de un gol de descuento de Alexander Berríos, 3-2, la temperatura estalló el termómetro. El meta local Carlos Vanegas y Carlos Guzmán intercambiaron un manotazo y se fueron ambos con roja directa. La Pirraya tuvo que usar al cierre a Melvin Quinteros bajo los tres palos y para su fortuna lejos de recibir gol consiguió el 4-2 por intermedio de Óscar Lemus. Se gritó ese gol por todo lo alto, pero más aún cuando sonó el silbato y se vieron ganadores.
Con su victoria La Pirraya llegó a 15 puntos, los mismos que tienen Chirilagua, pero escaló hasta el segundo lugar por diferencia de goles.
En suspenso
En el partido inaugural, El Espino hizo los deberes al pie de la letra y se impuso 3-4 al Atlético Conchagua, que no tenía más intereses en el juego que el orgullo y la satisfacción de ver su segunda victoria. Walter Villalobos abrió el marcador para el espino justo iniciado el encuentro y ya en los segundos finales José Romero anotó el 0-2 para irse a la pausa en ventaja.
A la vuelta de las duchas Carlos Cruz puso su granito de arena en el marcador con el 0-3, pero también apareció José Reyes para activar las gargantas de Conchagua y celebrar el descuento, 1-3, que les permitió llegar vivos al periodo final. El representativo de Conchagua tuvo su despertar en los últimos 12 minutos. Anotó el 1-4 El Espino y después decayó a tal grado que el rival se les puso a tiro de empate. José Meléndez convirtió el 2-4 y al final Erick Umanzor logró el definitivo 3-4. El triunfo permite al Espino llegar a 12 puntos y está obligado a ganar mañana.
La jornada sabatina se cerró con un encuentro que solo valió para que Rancho Viejo confirmara su favoritismo. Guiados por Elmer Robles y Emerson Cerna los vecinos de La Pirraya se impusieron con un apretado, 7-5, sobre Isla de Méndez. Robles contribuyó con dos goles en el primer episodio, mientras que Cerna se hizo presente en el marcador con un «hat-trick» en el segundo rollo y anotó uno más en el tercero. A las cuentas de Rancho Viejo también aportaron una diana José Recinos y José Martínez
Por Isla de Méndez, el protagonismo lo acaparó Herbert Faguada quien convirtió tres goles. También aportaron un gol cada uno Erlindo Chávez y José Basurto para dejar las cuentas definitivas 8-5.
La derrota de Isla de Méndez clasificó a La Pirraya y Chirilagua, dejando para mañana la disputa del último pase.