A fecha 1 de enero, 68.043.000 personas vivían en Francia, de ellas 2,2 millones en los territorios de ultramar, según datos publicados este jueves por el instituto francés de estadísticas Insee.
El crecimiento de la población se debe sobre todo al saldo migratorio (+161.000 personas), es decir a la diferencia entre el número de personas que entraron y salieron del país.
El saldo natural, la diferencia entre el número de nacimientos y defunciones, se elevó por su parte a +56.000, «su nivel más bajo desde el final de la Segunda Guerra Mundial», según el Insee.
Esto se debe a la caída de los nacimientos y un alza de la mortalidad. En 2022, hubo 723.000 alumbramientos (19.000 menos que en 2021), el número más bajo desde 1946.
El retroceso de la natalidad se explica por la disminución del número de mujeres de entre 20 y 40 años en edad de procrear y de la tasa de fecundidad: 1,8 niños por mujer en 2022, frente a 1,84 en 2021.
El año pasado se registraron 667.000 decesos (5.000 más que en 2021), un nivel elevado por el envejecimiento de la población, las consecuencias de la pandemia y de las olas de calor.
Respecto a la esperanza de vida, esta se situó en 85,2 años para las mujeres y en 79,3 años para los hombres, niveles todavía inferiores en 0,4 años a los de antes de la pandemia.