La policía londinense fue duramente criticada el viernes por el modo en que lleva a cabo registros corporales completos a menores de 18 años, en un nuevo escándalo para Scotland Yard, que enfrenta desde hace tiempo una creciente crisis de confianza.
La propia policía de la capital británica presentó el viernes siete nuevos informes al organismo de control policial británico IOPC, elevando a 10 el número de casos contenciosos examinados.
«Es chocante y profundamente preocupante que tantos casos (...) se hayan señalado al OIPC», fustigó un portavoz del alcalde de Londres, Sadiq Khan, que tiene autoridad sobre la policía de la ciudad.
Se mostró «extremadamente preocupado» y pidió que se revisen todos los registros corporales de menores «para garantizar que se aprenden todas las lecciones» de este escándalo.
El tema irrumpió en la opinión pública tras el registro de una adolescente negra de 15 años en la enfermería de su colegio en 2020.
El registro fue realizado por dos mujeres policías, sin la presencia de un tercer adulto y mientras la menor estaba menstruando. Las policías sospechaban erróneamente que la adolescente ocultaba cannabis y la dejaron profundamente traumatizada por el registro, que dio lugar a varias protestas en el popular distrito londinense de Hackney.
Un informe de los servicios de protección a menores concluyó en marzo que ese registro «nunca» debería haberse llevado a cabo y que «el racismo (deliberado o no) probablemente fue un factor en la decisión» de realizarlo.
En un comunicado difundido el viernes, la policía londinense aseguró haber «realizado ya cambios» en su forma de proceder, para que los agentes tengan en consideración «primero al menor».
Scotland Yard afirmó asimismo haber comenzado a revisar varias quejas sobre registros que expusieron partes íntimas de los individuos realizados fuera de locales policiales en los últimos tres años.
La otrora reputada policía londinense se ha visto sacudida en los últimos meses por una serie de escándalo de gran repercusión que provocaron una crisis de confianza y la dimisión de su jefa, Cressida Dick, quien aún no ha sido reemplazada.
