Un desastre como el ocurrido el viernes en uno de los cantones de Nejapa impacta a toda la sociedad, no solo a la comunidad golpeada por la destrucción y la muerte de sus integrantes. Por eso la respuesta ante una catástrofe de esta naturaleza debe ser la acción coordinada desde el Estado, pasando por la operatividad local de la municipalidad y las iniciativas ciudadanas en solidaridad con los afectados.
Hay que destacar que el impacto del deslave en el cantón Los Conacastes y el caserío Los Angelitos supera con creces la respuesta exclusiva de la municipalidad de Nejapa, porque la magnitud es tal que cualquier otra alcaldía tampoco tendría ni la infraestructura, ni los recursos, ni el personal o el equipo para dejar la zona en buenas condiciones.
Hemos visto que la respuesta del Gobierno no solo fue para recuperar a las víctimas, sino que también, en coordinación con el Programa Mundial de Alimentos, gestionó ayuda monetaria de primera mano para los afectados, además de habilitar albergues y buscar un sitio donde podrían trasladarse los damnificados para vivir en casas dignas.
Como sociedad, debemos distinguir cuándo, por solidaridad y sentido común, debemos unirnos en favor de las víctimas y cuándo es un momento para hacer campaña electoral. Lo que se ha visto como una constante es la presencia de individuos que gritan a los funcionarios con el ánimo de tentarlos a que den una respuesta que luego pueda utilizarse en las redes sociales como denuncia o maltrato. Lo que hay que ver es que no se trata de una acción espontánea, sino más bien del libreto de un partido político, ya que al pasar los videos (como en Santa Tecla o en Nejapa), son las cuentas del FMLN o de sus funcionarios las primeras en que circulan en las redes sociales.
A las víctimas de una tragedia hay que darles atención psicológica, como se está haciendo con los afectados de la comunidad Los Angelitos, pero también procurar que haya condiciones para que reconstruyan sus vidas, al margen de sus opciones políticas.
Ver, en cambio, a un equipo de choque llegar a cada lugar con foco mediático a tratar de sacar raja política y de aprovecharse del cansancio, estrés o la preocupación de un funcionario no deja ninguna duda de que es una puesta en escena, tratando de contrarrestar el trabajo que realizan las instituciones del Estado para darle una respuesta inmediata a las personas afectadas.
A eso súmele el boicot desde la oposición para el combate a la pandemia y se dará cuenta de que es parte del mismo guión. En lo que debemos enfocarnos, como sociedad, es en ayudar a los desvalidos, y, por ahora, son los ciudadanos afectados por el deslave en Nejapa.