Los perros pueden escuchar con mucha precisión hasta a 25 metros de distancia, cuentan con orejas movibles, compuestas por cerca de 19 músculos, por lo que estos animales perciben el sonido con mayor amplitud que los humanos. Esta es una de las razones por las que los perros son muy vulnerables al ruido provocado por las explosiones de pólvora, como los cohetes o los silbadores.
«Su oído es tan desarrollado que les da una gran amplitud del sonido y tienen mucha afectación con respecto al eco de las cosas. Por ejemplo, si revientan algún tipo de proyectil cerca de la casa, el rebote le afecta directamente, tanto que puede haber una destrucción de la membrana timpánica. Los morteros pueden generar sordera a largo plazo», explicó Julia Urrutia, doctora veterinaria.
Este tipo de afectación también sucede en los gatos, que son animales que tienen más desarrollado el instinto de huida. Su daño podría generarse en los oídos. En el caso de las aves, existe riesgo de muerte por un paro cardíaco o un colapso nervioso.
Otro de los problemas más comunes que puede generar la pólvora es la intoxicación. Algunos síntomas son vómitos, diarrea y sangre en las heces. «Un miligramo de pólvora por kilo en un animal puede ser mortal. Esto es peligroso porque hay perritos que, por curiosidad o accidente, pueden masticar los restos de los cohetes», indicó Urrutia.
Ante esta situación, los dueños de las mascotas pueden tomar medidas para protegerlas. La especialista recomienda identificar a las mascotas con una placa y un número de contacto en caso de que el animal escape debido al estrés por el ruido.
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Asimismo, aconseja preparar un espacio adecuado para ellos en el que se pueda amortiguar el ruido. Puede ser un baño o una bodega pequeña en los que se incluyan juguetes o galletas de recompensa. Acariciarlos por un momento también ayuda a relajarlos. Otra de las recomendaciones principales es no exponerlos al miedo, ya que se puede formar un trauma mayor.
«Los perros no tienen la capacidad de identificar la situación y saber que pueden superar un miedo. Ellos instintivamente huyen», comentó la doctora.