En El Salvador, hablar de la Puerta del Diablo es referirnos a uno de los lugares con mayor tradición mística y sobrenatural. Ubicado en Panchimalco, la Puerta del Diablo ha sido cuna de leyendas, mitos y anécdotas fascinantes.
Israel Cortez Ruiz, historiador del Ministerio de Cultura, señaló que fue justamente la tradición oral la que ha mantenido vivo el espíritu místico de ese lugar. «El nombre original de este lugar era cerro El Chulo y tenía ya una fama de estar embrujado y de ser un lugar donde se observaban apariciones. En la noche se miraban luces a lo lejos. También decían que se miraban espectros y los pobladores evitaban pasar por ahí cuando venían a San Salvador», explicó.
La tradición oral de cientos de años motivó en la década de los cincuenta a explotar la zona para intereses plenamente turísticos. Esto también supuso la necesidad de un nombre más llamativo que encajara con la naturaleza del lugar, lo que originó las icónicas tres palabras que dan sentido a esta formación rocosa.
«La Puerta del Diablo es un nombre que se creó en la década de 1950 por el primer delegado presidencial para el tema de turismo […] ese año hubo un auge en el turismo nacional con la creación de la Junta Nacional de Turismo. El primer designado para presidirla fue Raúl Contreras, un escritor salvadoreño entusiasta de la mitología salvadoreña», agregó.
Conociendo la tradición del lugar, Contreras vio el potencial turístico y la atracción que significaría un lugar «embrujado». El resultado ha sido el que conocemos hasta hoy.
«Se decía que ahí se aparecía un venado de oro o que caminaban las almas de los muertos. En 1950 conocían esas creencias y se inventaron un nombre que a todos les pareció genial».
Israel Cortez, historiador del Ministerio de Cultura
El corazón místico de la capital
Cortez enfatizó que, con el auge turístico del lugar, el valor místico ha crecido. «Ha habido suicidios ahí y en el tiempo del conflicto armado sirvió para tirar cadáveres. En la parte de más abajo, al pie de las rocas, se han encontrado osamentas y es una zona donde los brujos y la gente que hace rituales llegan ahí a hacer sus prácticas», explicó.
Las historias sobrenaturales, según el historiador, no solo son una parte de la cultura salvadoreña, sino que también han servido para intentar explicar algunas situaciones de la zona.
Una leyenda relata que en Panchimalco existió una joven doncella, de una de las familias más importantes del municipio. Su belleza cautivó hasta al Diablo, quien intentó casarse con ella. El pueblo entero, guiado por su sacerdote, expulsó al Diablo. En su huida, el maligno chocó contra las rocas y estas se partieron en dos.
«Hay registros del historiador Jorge Lardé Larín de que hubo un temporal a finales del siglo XVIII, que provocó un deslave que partió la roca. Esto sucedió incluso antes de la independencia», explicó Cortez
Así como la leyenda del Diablo que intentó casarse hay muchas otras, al punto de que en 2017, varias iglesias cristianas presentaron una propuesta en la Asamblea Legislativa para que se cambiara el nombre del lugar a Puerta de Dios, para evitar que el sitio siga denotando maldad o destrucción.