El Salvador se incorporó como miembro pleno al Banco de Desarrollo de América Latina y El Caribe (CAF) en 2022, y desde esa fecha, se ha aprobado una cartera de 25 proyectos para la nación, entre asistencias técnicas y créditos, con una inversión de $1,500 millones.
En ese contexto, Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo del CAF, definió ayer en una conferencia de prensa el trabajo compartido con el país como «la relación más dinámica que ha tenido el banco con un socio en la historia». Una historia de 56 años.
«El Salvador ingresó al banco de una manera audaz. Solicitaron el ingreso y el directorio y la administración de forma unánime lo respaldamos, en un momento en que se requería la asistencia financiera […] El Salvador ha mejorado rápidamente y eso nos ha permitido consolidar una cartera de proyectos muy ambiciosos en el país, que ya se están materializando y otros que se desarrollarán en los próximos años», apuntó.
De acuerdo con el alto directivo, la expectativa es que la conexión con el país se siga robusteciendo en los próximos años. Por esa razón, ayer mismo abrieron sus oficinas temporales, en espera de que se termine de construir el edificio y Centro de Integración, del que pusieron la primera piedra ayer junto al presidente Nayib Bukele.
«Estamos abriendo estas oficinas temporales hoy, pero estamos montando una sede mucho más grande porque sabemos para donde vamos con el Gobierno y sabemos para donde va El Salvador, y vamos a estar apostándole duro al país para que salga adelante y sea un paradigma para América Latina, un espejo donde mirarse», añadió.
Por su parte, Oscar Avalle, representante de país del banco, dijo que considera «un privilegio» trabajar en El Salvador, pues se «está demostrando al mundo que se puede hacer un cambio positivo».
Proyectos emblemáticos
Díaz-Granados destacó algunos de los proyectos que mantiene vigentes con la nación. Uno de los más emblemáticos es El Salvador Vuela, el cual apoya la modernización, fortalecimiento y construcción de infraestructura aeronáutica.
«El Salvador Vuela es uno de los proyectos más emblemáticos, no tanto por el tamaño del sobre de financiamiento que es más de $300 millones, sino por la reivindicación que hace esa obra en el departamento de La Unión y lo que significa para la diáspora y el turismo. Es la mejora de la conectividad aérea de El Salvador», dijo.
También mencionó el proyecto de fibra óptica, el cual propone el despliegue de un cable submarino de alta capacidad.
«Necesitamos conectar a El Salvador para que aumente su velocidad de red, y eso va a abrir oportunidades para el sector privado como tecnología, centros de procesamiento de datos, nómadas digitales», agregó.
Por otro lado, se encuentra el proyecto de canje de deuda para mejorar la situación del Río Lempa.
«Hasta hoy tenemos aprobaciones por $600 millones aproximadamente, con plazos muy extendidos, tasas más bajas que las del sector comercial y lo importante es que se están instalando en infraestructura para el desarrollo del país», concluyó.