Parece que fueron los taoístas (escuela filosófica fundada por Lao-Tsé en China, allá por el siglo VI a. C., de profundas raíces budistas) los primeros en promulgar con firmeza que la risa era un elemento fundamental para trasmitir felicidad, salud y longevidad.
Esta idea se ha mantenido constantemente a la largo de la historia, sin llegar a sistematizarse de forma académica… por lo menos hasta que aparece el médico norteamericano que llegó a ser conocido como Patch Adams, quien incluyó la risa como método terapéutico para el tratamiento de algunas enfermedades y así lograr la recuperación de la salud y la sensación de bienestar. Surge de manera oficial la risoterapia. Es 1972. Todo esto sucede en Hillsboro, Virginia Occidental, en EE. UU., donde Patch Adams funda el Instituto Gesundheit, palabra alemana que significa salud.
El uso de la risa no sustituye el empleo de medicamentos, es un recurso adicional para que el organismo pueda responder de mejor manera al tratamiento que el médico recomienda. De esta manera se pueden obtener mejores resultados médicos, haciendo posible que la recuperación del enfermo sea más rápida.
Saber reír es una de las manifestaciones de la salud mental. Pero no se debe confundir con la burla. La risa debe ser reírse con los otros, no de los otros. Cuando se ríe de los otros se está generando una burla, y la burla es dolorosa, hiere, mortifica y lastima en las áreas más sensibles de la personalidad, llegando a lastimar la autoestima.
La risa saludable es espontánea y genera conexiones emocionales que fortalecen las relaciones interpersonales. Por eso me gusta afirmar que, así como se enseña en la Iglesia católica que una familia que reza unida permanece unida, también una familia que ríe junta permanece junta y unida.
¿Quiere saber si su familia está en crisis o es una familia saludable? Observe cuánta risa hay en el ambiente familiar. No la risa de la burla, sino la risa alegre y genuina que hace que las personas se acerquen con confianza unas a otras.
Así como Patch Adams empleó la risa para mejorar la recuperación de las enfermedades, mi opinión es que saber reír puede evitar que aparezcan enfermedades, no solo de tipo psicológico, como la ansiedad, la depresión y las neurosis, sino que incluso enfermedades físicas, ya que al reír se mejoran los niveles de los anticuerpos, ayudando al organismo a ser más saludable.
Además, al reír se producen descargas de hormonas cerebrales, como las endorfinas, permitiendo que se experimente una sensación de bienestar, entusiasmo y optimismo.
Al reír no desaparecen los problemas que ya existen, de ninguna manera, pero hace que los problemas puedan ser vistos y analizados con una óptica que permitirá ver posibles soluciones realistas. De esta manera la persona se enfoca en la solución o en las posibles soluciones, y puede ver el problema en perspectiva. Los errores o los fracasos se ven como aprendizajes u oportunidades de mejoras y crecimiento.
Más que una herramienta de recuperación, la risa debe ser vista como un recurso de prevención y de mantenimiento de la salud mental. Un profesor que no ríe con sus alumnos debería dedicarse a otra cosa, lo mismo vale para cualquier actividad humana, desde la ciencia hasta el deporte y el arte.
¡Hoy es urgente saber reír!