En la colonia Montelimar, ubicada en Olocuilta, La Paz, el ambiente de seguridad ha cambiado por completo, ya que hay presencia militar en toda la zona y con el régimen de excepción han sido capturados los pandilleros que se encargaban de amedrentar a la población y cometían hechos delictivos.
Este cambio ha provocado un efecto directo en la calidad de vida de los casi 8,000 habitantes, quienes ya pueden llevar a cabo con libertad sus actividades cotidianas. Los niños también han sido beneficiados, ya que asisten con seguridad a los círculos de primera infancia, que se desarrollan en el cumplimiento de la ley Crecer Juntos.
En el último año se ha registrado un destacado aumento de los padres de familia y cuidadores que solicitan integrar a los niños a este programa, impulsado por el despacho de la primera dama Gabriela de Bukele y en el que desarrollan juegos, bailes, canciones, trabajan temas educativos, entre otras actividades.
De acuerdo con Kevin Campos, regidor propietario de la alcaldía de Olocuilta, «con la seguridad hay un gran cambio», ya que la colonia era catalogada como «zona roja», por lo que pocos papás e hijos asistían al círculo de primera infancia, pero después del régimen de excepción la cantidad de solicitudes casi se ha duplicado. Actualmente hay 132 niños inscritos solo en la referida colonia.
«Nosotros tenemos una escuelita de fútbol donde ya vienen niños de siete años que los papás los dejan llegar solos por la seguridad; antes eso no pasaba. Antes era común ver muertos en la calle, escuchar disparos, y los niños estaban normalizando esa situación. Qué bueno que todo cambió y que estos espacios de atención a la primera infancia fortalecen su aprendizaje y la sana convivencia», dijo Campos.
El círculo de primera infancia de la colonia Montelimar se desarrolla en un salón de alcance comunitario de la alcaldía de Olocuilta; adicionalmente, la municipalidad ofrece el apoyo con personal mientras se desarrollan las jornadas con las familias, y brinda papelería o artículos que se necesiten en las sesiones. También se encarga de difundir la información sobre fechas y horarios. Por medio de la alcaldía han logrado que niños con dificultad de socialización o con síndrome del espectro autista reciban atención en instituciones especializadas.
De acuerdo con Julia Guzmán, asistente técnico de primera infancia (ATPI) de Olocuilta, este es un ejemplo consolidado de trabajo interinstitucional, en el que los organismos estatales tienen un objetivo en común, que es la niñez.
Además de Montelimar, Julia también brinda atención en primera infancia en otras zonas rurales de Olocuilta, como en el cantón Copinco, cantón Los Guachipilines, cantón La Esperanza y el Complejo Educativo Alberto Masferrer.
En estas zonas también hay un incremento de participantes por la mejora de la seguridad. «Los padres de familia de las zonas rurales están felices por contar con este apoyo, ya que para ellos es más complicado acceder a servicios especializados», dijo, y añadió: «Últimamente me llaman muchas familias para inscribirse en los círculos familiares. Hay mucha demanda y los papás están animados porque se sienten más seguros», destacó.
Máximo potencial
«Hemos visto grandes avances en la expresión y socialización de los niños», asegura Guzmán, y explica que los principales beneficios de los círculos son mejoras en el lenguaje, la socialización, las expresiones de afectividad y las áreas motrices.
Además, los especialistas pueden identificar alertas tempranas de desarrollo y brindar atención especializada. «Todas las actividades que hacemos buscan garantizar que el niño desarrolle su máximo potencial en habilidades. También ayudamos a que los padres de familia conozcan cómo estimular las habilidades de los niños», explicó la ATPI.
Para las madres es valioso contar con este apoyo, ya que también aprenden sobre las formas de crianza positivas para potenciar el desarrollo de sus hijos. «El programa es bastante beneficioso porque les ayuda al aprendizaje de los niños, se fortalece el compañerismo y se motiva la participación. Mi hija se ha aprendido las vocales y los números», indicó Norma de Guerrero.