El Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (Icmares) de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Universidad de El Salvador (UES), dirigida por el decano licenciado Mauricio Hernán Lovo, tiene en su agenda varios proyectos de investigación aplicados a la gestión ambiental, de la mano con las comunidades costeras.
El objetivo de la investigación es contribuir con los actores locales para que puedan impulsar acciones de restauración ambiental enfocadas en la reducción de fuentes de contaminación, cambios de uso del suelo y del agua en ecosistemas costero-marinos, principalmente en bosque de galería, desembocaduras y bosques de manglar de la bahía de Jiquilisco, en Usulután.
El proyecto tiene una duración de seis meses, bajo la coordinación de la M. Sc. Olga Lidia Tejada y la asistencia del investigador M. Sc. Óscar Molina Lara, que, con un grupo de estudiantes egresados de la carrera de Licenciatura en Biología, evalúan los impactos ambientales de cinco ríos, priorizados por el concejo municipal: El Molino, río Zarco, La Poza, Mundo Nuevo y río San Lucas.
Se están evaluando las condiciones de contaminación y calidad de las aguas que tienen estos afluentes que desembocan en la bahía de Jiquilisco; y como nos propone el proyecto de Icmares, facilitar insumos para que entes del Gobierno puedan «auditar las medidas ambientales que apoyen a reducir grandemente los impactos negativos».
San Dionisio, un paraíso, bellos paisajes, un pueblo dedicado a la agricultura y la cría del ganado vacuno, envía su producción de leche al procesamiento en Usulután. Cuenta hoy con excelentes complejos educativo y deportivo, con más de 5,000 habitantes y unos 115 kilómetros cuadrados.
El alcalde de San Dionisio, Agustín Zelaya, con año y medio en su gestión ha realizado varias diligencias para la mejora de las actividades deportivas y culturales. El equipo de fútbol de playa, integrado por las dos islas que lo acobijan, La Pirraya y Rancho Viejo, son por hoy líderes regionales y con presencia en actuaciones internacionales. Hay un desarrollo del turismo en visitas a Puerto Grande y la isla La Pirraya. Por otra parte, se han hecho gestiones positivas para la construcción del puente sobre el río El Molino, en el caserío El Centro, del cantón Iglesia Vieja.
Nos cuenta Agustín Zelaya que ese proyecto ha sido una necesidad urgente para el desarrollo del pueblo, y que hace varios años, «en épocas electorales», lo han ofrecido, incluso «se han puesto las primeras piedras, y al final hasta las piedras se perdieron, se las robaron y nunca iniciaron esa obra. Hoy tenemos ya trámites concretos de licitación y construcción adelantados, y muy pronto tendremos ese puente que es tan importante para nosotros».
Los estudios preliminares que se realizan en San Dionisio por parte del Icmares recientemente arrojaron resultados de contaminación ambiental en varios puntos alrededor del río El Molino y San Lucas, que son ambos los más caudalosos afluentes que atraviesan el municipio. Esta contaminación es producto del azolvamiento generado por plásticos que taponean el cauce natural de ambos ríos, y que además desvían estos cauces naturales debido a que presentan un cúmulo de desechos sólidos en superficie (en general plásticos) de 50 libras por 25 m2 de área y 0.50 libras por metro cúbico en desechos subterráneos.
Investigación que se procesará junto a los demás afluentes y se darán al municipio de San Dionisio las directrices para tomar medidas y resolver esas problemáticas en función de beneficiar a sus comunidades.
Las expectativas que ha generado la presencia de la Universidad de El Salvador con su equipo de investigadores y su proyecto en el municipio de San Dionisio, en Usulután, nos dan una nueva visión y esperanzas de que estas problemáticas ambientalistas en las zonas costeras sean enfrentadas. Por ello, es muy importante que en esas comunidades las direcciones municipales se acerquen a planteárselas a los organismos nacionales encargados de procurar la atención ambientalista a estas zonas.