La crisis social, económica, política y humanitaria y los problemas generados por el paso de catástrofes naturales que han golpeado a Haití en los últimos meses son algunos de los principales motivos por los que se desencadenan las movilizaciones de miles de familias haitianas, en una búsqueda desesperada por protección a través de asilo y refugio en países de América.
El panorama para los haitianos es desalentador, especialmente cuando el país no cuenta ni siquiera con los servicios básicos, como la electricidad, para desarrollar sus actividades cotidianas.
Un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reveló que el aumento de la violencia urbana amenaza el bienestar de los niños, adolescentes y las familias.
Es una postura que coincide con los reportes del Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (CARDH), una organización de la sociedad civil haitiana. La institución indicó que de julio a septiembre se registró una «aceleración exponencial» en los secuestros, pues en julio se reportaron 31; en agosto, 73, y en septiembre ascendieron a 117, lo que representa un 60.2 % más que en el mes anterior.
De enero a septiembre hubo 628 secuestros, pero desde mayo se volvieron comunes los raptos colectivos en el transporte público y privado, un método que ha sido característico de una banda armada denominada 400 Marozo. Al menos el 5 % de los secuestros se hace de esta manera, según la organización.
Las bandas armadas dominan el territorio, tanto que para dejar ingresar la ayuda humanitaria después del terremoto magnitud 7.2 del 14 de agosto, los grupos criminales pactaron una tregua. Lo mismo ocurrió después del asesinato del presidente Jovenel Moïse el pasado 7 de julio, cuando las pandillas acordaron cesar el crimen, pero después de su sepultura, el 23 del mismo mes, se reactivaron, indica la oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Haití.
Daniel Foote, quien renunció como enviado especial de Estados Unidos al país caribeño, testificó que las bandas son las que controlan los sectores. Dijo que los diplomáticos «están confinados en instalaciones de seguridad debido a los peligros que representan las bandas armadas que controlan la vida diaria».
La violencia e inseguridad han provocado al menos 19,000 personas desplazadas en la capital de Puerto Príncipe en este año, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en un documento compartido el 30 de septiembre.
Más del 20 % de la niñez ha sido víctima de violencia sexual, casi el 24 % de la población (del que el 12.9 % son niños) vive por debajo de la línea de pobreza extrema, con ingresos de $1.23 al día.
Cerca de 4.4 millones de personas (un 46 % de la población) padece inseguridad alimentaria, lo que incluye a 1.2 millones de personas que se encuentran en niveles de emergencia y 3.2 millones de personas en niveles de crisis.
Unicef estima que 217,000 niños padecen desnutrición moderada o grave. «Las condiciones en Haití siguen siendo preocupantes y no propicias para los retornos forzados», enfatizó. En las últimas semanas, Estados Unidos deportó a miles de haitianos, condenados a volver a un país convulso.