Las embarazadas son un grupo de la población que se encuentra en riesgo ante la COVID-19, ya que presentan tres veces más probabilidad de ingresar a una unidad de cuidados intensivos (uci) si se contagian y de requerir ventilación mecánica.
De igual forma, tienen un 70 % de mayor probabilidad de fallecer a causa del coronavirus que el resto de las personas.
De acuerdo con el doctor Juan José Guzmán, ginecobstetra del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), esta condición se explica porque en el embarazo el sistema inmune se adapta para no rechazar al bebé, ya que es un cuerpo extraño, y esa misma adecuación puede ser responsable de que el sistema inmune no funcione igual que en la población en general, por eso las embarazadas son más vulnerables a presentar problemas más graves.
Además, la variante delta de la COVID-19 representa un riesgo mayor para las embarazadas, ya que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta variante aumenta la transmisibilidad y la virulencia; además, cambia la presentación clínica de la enfermedad, ya que el virus ha hecho un cambio para infectar las células del cuerpo.
«Las mujeres embarazadas están en mayor riesgo ante la circulación de la variante delta. El virus está mutando y ya tenemos esta variante en el país desde principios de agosto. Ese poder de adaptación y de transmisibilidad del virus pone en especial riesgo a este grupo poblacional, al igual que a toda la población, específicamente pone en mayor riesgo a los que no están vacunados», indicó el doctor Guzmán.
En Estados Unidos, se registra un incremento de las hospitalizaciones por la COVID-19 en las embarazadas ante la circulación de la variante delta. Según un estudio de UT Southwestern Medical Center, los ingresos han aumentado en un 15 % a finales de agosto e inicios de septiembre de 2021.
De igual forma, entre finales de junio y los últimos días de agosto, los casos de hospitalizaciones por la COVID-19 pasaron de 500 a más de 1,000 por semana.
De acuerdo con Scott Pauley, oficial de prensa de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, estas cifras podrían estar subestimadas y en realidad ser más. Según dicha institución, 22,000 embarazadas han sido hospitalizadas por la COVID-19 en ese país, y de ellas, 161 murieron.
Las afectaciones incrementan cuando no están vacunadas, pues los efectos son más graves en las embarazadas que no han completado su esquema de inmunización. En el país norteamericano, solo el 32 % de las embarazadas de 18 a 49 años están vacunadas.
Por lo tanto, la vacunación antiCOVID-19 para este grupo poblacional se vuelve aún más importante. Ellas deben recibir las dosis a partir de la semana 16, ya que el niño se encuentra desarrollado y tiene un margen de seguridad.
«En las embarazadas es importante que se vacunen, aun más si tienen alguna enfermedad o comorbilidad, porque aumenta más el riesgo de complicaciones. Estas pacientes tienen más probabilidad de que su estado se agrave», enfatizó el médico.
Algunas de las comorbilidades más frecuentes en las embarazadas de El Salvador son hipertensión, diabetes gestacional y obesidad. Además, arriba del 70 % de la mujeres tienen sobrepeso, informó Guzmán.
En El Salvador, la vacunación contra el virus para las embarazadas se encuentra habilitada y pueden acudir a cualquier centro de vacunación para recibir la protección a partir de la semana 16. Cada año, se registran unos 90,000 embarazos en el país.
La vacunación anti-COVID-19 es la principal medida de protección para las embarazadas, especialmente las nuevas variantes.
En El Salvador está habilitada la vacunación para las embarazadas a partir de la semana 16.
En otros países se registra un incremento de ingresos hospitalarios de embarazadas no vacunadas.