Mascarillas y guantes desechados en diferentes espacios públicos forman parte de una escena que se ha vuelto común en los últimos meses. Calles, aceras, parques, y especialmente las playas, en los últimos días, han sido algunos de los lugares donde se ha documentado restos de material sanitario sin ningún tratamiento especial.
La zona costera es un lugar muy vulnerable a los materiales de las mascarillas, ya que estas tienen unas cinco capas de protección, y en ellas se encuentran plásticos como el polipropileno, que es muy resistente y ayuda a detener el ingreso o salida de partículas, pero no es biodegradable; por lo tanto, al llegar al océano tendrá un impacto negativo en la fauna y flora del lugar; además, se mantendrá intacto durante muchos años.
Según Francisco Hernández, doctor en Medicina, estas mascarillas son muy perdurables y no se pueden quemar ni reciclar, por lo que el daño en el ambiente es mayor. «La primera capa que está en contacto con la boca es polipropileno hidrófobo, y significa que no permite el ingreso y salida del agua. Eso ayuda a que no salga nada, pero el problema es que para lograrlo tiene plástico. Deberían desecharse aparte porque son muy contaminantes», indicó Hernández.
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De igual modo, la mala gestión de estos desechos puede generar consecuencias en la salud de las especies marinas, porque los implementos podrían tener virus o bacterias, ya que provienen de lugares como salas de cirugías o de enfermerías. «Hay animales que han sido documentados con prendas atoradas en sus cuellos. Esto podría ocasionarles la muerte o mutilarlos y desarrollárseles algún tipo de infección. Las mascarillas se están acumulando en grandes cantidades en las playas. Esto afectará a los ecosistemas y, por ende, a su fauna, alterando el ciclo natural y procesos ecológicos», dijo Ricardo Ibarra, técnico de Salvanatura.
Un estudio del Politécnico de Turín, publicado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su sigla en inglés), reveló que, si «solo el 1 % de las mascarillas se desecharan de forma incorrecta en la naturaleza, esto provocaría 10 millones de mascarillas contaminando el medio ambiente». Además, si una mascarilla pesa cuatro gramos, serían alrededor 40,000 kilogramos de desechos que terminarían en la naturaleza.
Por su parte, especialistas del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) expresaron que el manejo inadecuado de implementos sanitarios agravará grandes problemas como la crisis climática. «Las mascarillas tiradas en las playas son arrastradas por los flujos en el océano y acumuladas en puntos, en grandes proporciones, y estas son un riesgo para la fauna del lugar y del océano mismo», explicaron especialistas del MARN a este periódico.