En los últimos años, las mujeres han comenzado a alzar su voz y a mostrarse con mayor empoderamiento en el mundo automotriz y la importación de vehículos no es la excepción. En este rubro, Jakeline de Escamilla, una joven emprendedora salvadoreña, ha comenzado a escribir su propia historia, con la que también impulsa a otras a salir adelante en este campo.
Jakeline, junto a su esposo, son los fundadores de la empresa «Hernández Auto Import», un emprendimiento que nació durante la época más crítica de la pandemia por la COVID-19, luego que el proyecto inicial que ambos tenían se viera truncado a raíz del impacto económico que El Salvador y el mundo entero vivieron a causa de la crisis sanitaria.
«Comencé en la importación de carros aproximadamente hace un año y medio, ya con nuestra empresa formal llamada “Hernández Autoimport”. Pasamos por todo un largo período de trámites para formalizar y registrar la empresa. Todo esto nació en la pandemia, ya que vimos la necesidad que había en las personas, quienes querían su carro propio y ya no querían viajar en bus o en UBER por el mismo temor a contagios», explica.
«Teníamos ahorrada una cantidad de dinero que no habíamos utilizado. Conversamos juntos sobre qué hacer con ese dinero y ya que la pandemia nos cambio la vida, decidimos invertirlo en este negocio. Antes, mi esposo, entonces mi novio, tenía un negocio de clases de inglés, pero la pandemia provocó que se tuvieran muchas pérdidas, por lo que visualizamos en qué más podíamos incursionar y así surgió esta iniciativa», detalla.
Con la empresa ya establecida, comenzó la aventura de abrirse paso en el campo de la importación de vehículos, un espacio dominado ampliamente por el género masculino. Jakeline asegura que no ha sido fácil, ya que enfrenta constantemente la duda de clientes y demás importadores al ver que se trata de una mujer la que realiza todo el trámite de importación de automotores.
«El rubro de la importación de vehículos está dominado por los hombres. Cuando iniciamos, con mi esposo tomamos la decisión de que yo me encargaría de todo el trámite, mientras él coordinaría las funciones de la compra y envío de vehículos. Fue difícil para mí porque recuerdo que, antes de todo esto, yo solo sabía encender el vehículo y manejarlo. Pero, poco a poco, con mucho esfuerzo, fui aprendiendo sobre mecánica, ya que es un aspecto esencial en este negocio», asegura.
«Recuerdo una vez que asistimos a una reunión de la Asociación de Importadores de El Salvador. Solo éramos tres mujeres en toda la reunión. También recuerdo mis primeros días en los trámites en aduanas. La gente esperaba ver que un hombre llegara conmigo, porque no creían que yo me haría cargo de recibir la importación. He tenido que aprender a demostrar, con mi capacidad, que las mujeres podemos abrirnos espacio en todos los campos del mundo automotriz», dice.
Para Jakeline, su experiencia también tiene un componente esencial: es una aventura de pareja. Recientemente casada con el hombre con quien inició este viaje por la importación de vehículos, la joven asegura que esta experiencia ha fortalecido su relación. Además, enfatiza en que el matrimonio puede ser también un equipo de trabajo en el que ambos apunten a un mismo objetivo y luchan por progresar y salir adelante.
«Con mi esposo somos un equipo. Él tiene el conocimiento sobre el proceso de importación y yo tenía la experiencia para manejar una marca y la comunicación de una empresa. Nos conocemos y sabemos nuestras capacidades y debilidades. Hemos aprendido a complementarnos y creo que esta experiencia hace que nos unamos mucho más. Él me respeta como mujer y me apoya, me anima a seguir adelante y es consciente que tengo tanta capacidad como él para sacar adelante este proyecto», asegura.
Para Jakeline, las mujeres en El Salvador aún sienten temor por profundizar en el mundo automotriz. Sin embargo, asegura que, en los últimos años, ha habido mayor interés por parte del género femenino en incursionar en el mundo de los motores. Además, asegura que, pese a lo que pueda pensar popularmente, son muchas las mujeres que se desenvuelven en todos los campos del mundo automotriz, pero espera que cada vez vayan siendo más.
«En el aspecto de la importación de vehículos aún somos pocas. Pero, en otros campos del área automotriz hay muchas mujeres capaces que nos demuestran que los motores también pueden ser nuestra especialidad. Espero que las mujeres rompamos esquemas y demostremos toda la capacidad que tenemos para emprender y salir adelante», enfatiza.