Este informe muestra un panorama levemente más negativo para este año que en las previsiones hechas por la entidad en junio, cuando calculó una contracción de 7.2 % en 2020.
«Nuestra región soporta el peor impacto económico y en salud debido a la COVID-19 de todo el mundo», dijo el vicepresidente del Banco Mundial para la región, Carlos Felipe Jaramillo. Después del golpe, Latinoamérica iniciará una recuperación con un crecimiento estimado de 4 % en 2021.
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Estos datos no contemplan a Venezuela, un país en aguda recesión desde hace varios años y con una crisis política y un gobierno desconocido por más de 50 países.
En su informe «El costo de mantenerse sano», el Banco aborda el impacto de la pandemia en una región con países muy poblados y con altas tasas de mortalidad y de contagios como Brasil, México y Perú.
En Latinoamérica y el Caribe «el número de muertos por millones de personas es tan alto como en las economías avanzadas, si no más, pero los recursos disponibles para hacer frente al golpe son mucho más restringidos».
«Es posible que la vacuna no esté dentro de unos meses, puede llevar años antes de que haya vacunas efectivas», explicó en una rueda de prensa el economista jefe del BM para Latinoamérica y el Caribe, Martín Rama.
«Lo que empezó como un ‘sprint’ se está volviendo una maratón», agregó el economista uruguayo.
«Tiempo perdido y un costo en vidas»
Esta crisis llega «tras varios años de crecimiento decepcionante y de progresos limitados en los indicadores sociales», señaló el banco.
El BM alertó que «el daño social es inmenso» y que las tasas de desempleo han subido en la región, a veces de forma sustantiva.
En 13 países «el porcentaje de hogares que sufrieron un declive de sus ingresos es aún más alto que quienes experimentaron una pérdida de empleo», según una encuesta realizada por la entidad.
Los economistas del BM señalaron además que en cinco países, una gran cantidad de personas dijeron estar atrasadas en sus pagos o pensar que pueden tener dificultades para cumplir sus compromisos.
Para el Banco Mundial esto sugiere que el impacto de la crisis no sólo será «severo» sino «potencialmente duradero».
«En general nuestra expectativa es relativamente optimista de que el año que viene es un año de crecimiento fuerte», indicó Rama, constatando que «hay un tiempo perdido y un costo en vidas enorme»