El nombre de Marito Rivera nunca pasará desapercibido entre los salvadoreños, temas como «Sabrosa Cumbia», «Malévola», «Aventurera» o «Cumbia Bandolera» son reconocidos por los compatriotas en donde sea que se encuentren.
Comenzó desde muy temprana edad en el mundo de la música; a sus cuatro años, sus padres descubrieron su talento. A los 14 años, se le otorgó una gran responsabilidad, colocándolo como director del Grupo Bravo, una época de aprendizaje que recuerda con mucho cariño.
La pandemia significó un fuerte obstáculo para continuar desarrollando su trabajo; sin embargo, y como todo salvadoreño, Marito asegura que encontró las maneras de mantener «la marca en el corazón del público».
Este 2022 cumplirá 52 años de carrera musical como uno de los artistas más reconocidos a escala nacional; Marito Rivera y su Grupo Bravo presentan al público su más reciente producción: «Bravo cumbia», como un homenaje a la marca «Bravo».
¿Quién es Marito Rivera?
Marito Rivera es una persona, un artista, que aprendió a ser pianista, arreglista, compositor, de ser la persona encargada de muchas canciones en toda mi vida, y he mantenido mucha perseverancia, disciplina, muchos deseos de hacer bien las cosas, y gracias a toda esta disciplina que mis padres me inculcaron, he llegado hasta este punto, que ya son 51 años de vida artística. Me defino como una persona totalmente perseverante, muy agradecida con Dios y con el público.
Se ha convertido en una de las figuras más reconocidas de la música nacional, pero ¿cómo inició todo?
La carrera de Marito Rivera se remonta a 1970, cuando mis padres vieron, cuando yo tenía 3 o 4 años, que aquel niño tenía aptitudes para la música. Mis padres tenían un grupo musical, yo siempre me fijaba en los ensayos, qué es lo que ellos hacían, y cuando tuve 5 años fue que ellos decidieron que ese niño tuviera su maestro. Prácticamente al tener 25 canciones ya en el repertorio personal de Marito Rivera fue que se hizo el lanzamiento de «Marito Rivera y su Órgano Rítmico», entonces a raíz de esa afinidad por la música, ya no me soltaron; fueron maestros, eventos con grupos, tuve maestros de música clásica.
El grupo se mantuvo en varios géneros, porque hicimos música pop, rock, y todo eso de los 70s, 80s, que fueron décadas maravillosas, yo agarré un poco de esos géneros, al público le gustó cómo yo hice la cumbia y ahí nos quedamos.
¿Cómo nace la idea del nuevo tema «Bravo cumbia» y cómo define su estilo?
Hablar de «Bravo Cumbia» es decir que yo le he cantado al amor, al desamor, le he cantado a la cumbia sabrosa, a la cumbia bandolera; he hecho varias canciones que me han funcionado, y yo decía que la marca Bravo no tenía una canción después de tanto tiempo, y pensé que era necesario, crear una canción con sentido figurado, ponerle un poco de misticismo, que «venía del más allá y se vino a encontrar con la Bravo Cumbia y le gustó», y que «los abuelos hablaban de que ya venía la Bravo Cumbia», y fue así como yo cree esta historia.
Yo creo que es un estilo de cumbia bastante apegado al estilo mío, pero con ciertos aditivos diferentes, medio modernos, con tendencia en el centro a violines de los 70s u 80s, una guitarra funk metida dentro de una cumbia, y unos sonidos modernos que busco implementar para no quedarme con los sonidos de siempre, considero que Bravo Cumbia lleva ese montón de aditivos, y el público ya está agarrando la canción como propia.
¿Qué significa «Marito Rivera y su grupo Bravo» dentro de la historia de El Salvador?
Yo trabajé desde el inicio con mucho ahínco, gracias a mis padres, tuve un grupo musical muy bueno en mi adolescencia, luego que estuve fuera del país, luego ya cuando regresé venía con muchos ideales, y comencé a grabar canciones como «Ven a bailar conmigo», «Carnaval de mi tierra», «Sabrosa Cumbia, «Mentiras», «Zapatos de Tacón», «Triángulo de Amor», «Mar y Cielo»… entonces, yo realmente venía grabando y grabando, y nunca me imaginé que iba a llegar a tanto, llegar a 50 años, y cuando vi el recorrido de canciones entre composiciones y arreglos, yo dije «realmente algo se ha hecho», y lo considero como un regalo de Dios y un regalo del público, que en su momento dijo «sí, me gustan las canciones de este muchacho», y entonces todo ese recorrido musical es el que ha hecho tu amigo y servidor Marito Rivera, y con ganas de seguir adelante y no parar.
¿Cómo surge el arreglo de «Mar y Cielo»?
«Mar y Cielo» es una historia que yo la compartí con Davis (Rosales), andábamos una noche de bohemios, de jóvenes, y me dice «hay una canción que vos le podés hacer un arreglo bueno, se llama ‘Mar y Cielo’, pero aquí no todos los tríos se la pueden», él me la recomendó. Y ahí en la calle preguntó a varios tríos si se la podían, hasta que llegó a uno y le dijeron que sí, y comienzan a tocarla… «púchica, ¡qué letra!», le dije. Yo me la aprendí así nomás, mentalmente y sin ninguna influencia, hice los arreglos y la grabé, fue un éxito.
Los primeros que la grabaron fueron Los Hermanos Hill, fue el primer trío, y tiene un promedio de 60 a 65 años de existir. Tengo un amigo que me dijo «qué buena está esa canción». Tenemos una casa designada, ahí me fui a estar día y medio, ahí hice el arreglo y todo, ahí surgió.
¿Qué época de su carrera recuerda con más cariño?
Quizá la adolescencia, porque fue como la parte en la que yo me preparé. Tuve maestros. A los 14 años se me cedió el puesto de director del Grupo Bravo, todos mis compañeros, eran mayores y el más cercano tenía como 28 años. Entonces, estaban poniendo a un adolescente como director de grupo, pero yo venía luchando por ese puesto desde antes, pero no me daban chance por ser un niño. Sí recuerdo con mucho cariño eso, crecí con muchos ideales. Las canciones que se sacaban para ese entonces era rock, pop, yo repartía los coros, les decía a los cantantes qué voz iban a hacer, sacábamos música de Chicago, Billy Joel, y toda esa gente. Fue una época divertida para mí. Hasta fecha, ahí estamos todavía.
¿Cómo afrontó la pandemia por COVID-19 para seguir su carrera?
Definitivamente ha sido un golpe fuertísimo para nosotros los artistas. Yo incluso estuve varado, me encontraba en una gira cuando cerraron los aeropuertos a nivel mundial. Desde ahí comenzaron las primeras dificultades, el trabajo se fue totalmente abajo, a cero. De ahí yo me inventé cosas como vender artículos de Marito Rivera, gorras, camisetas, camisas tipo polo, discos que tenía guardados, los comencé a vender como de colección. Yo estaba en Estados Unidos y la gente comenzó a comprarme más mi material y luego vine al país, y pasamos como 10 meses sin trabajar.
Es algo terrible. Ahí se fueron los ahorros, y como cualquier persona nos enjaranamos más con los bancos. Pero gracias a Dios luego vino de nuevo el trabajo, comenzamos a hacer streaming, en Facebook, YouTube, vinimos trabajando en esta nueva fase en la que estamos en un 80 % y esa es una buena luz, y esperamos que para el 2023 vamos a tener ya el trabajo totalmente reestablecido, y pues nada más, seguir proponiendo, yo no paro de grabar. El año pasado yo grabé la canción «Everybody Salsa», hoy lanzo «Bravo Cumbia», y eso ayuda a mantener la marca en el corazón de todos, que vean que Marito Rivera y su grupo Bravo no nos dormimos en los laureles, estamos siempre con ganas de dar música.
Mencionar que todas mis canciones, cuando yo hago un lanzamiento, es porque está totalmente registrada. Cuando yo tiro una canción están en todas las plataformas, eso también me genera entradas como artista, son pequeñas entradas que al final suman, y es una forma de seguir manteniendo la marca, económicamente hablando.
¿Qué consejo daría a los compositores que están iniciando en el mundo de la música?
Yo considero que todo artista siempre tiene la ilusión de que cada canción que se lanza sea un éxito, y no solo en El Salvador sino a nivel mundial. Imaginate que yo sigo pensando en eso, que una canción mía pueda funcionar de aquí a Rusia, a China. El consejo es mantener una actitud de perseverancia, si no te funciona una canción, hace otra, habrá un momento que de repente, tiras los dados, y que Dios quiera que así sea, y quien quita que venga un éxito a nivel mundial. No paren de proponer y componer. Los artistas a veces grabamos música de otros, y hay que hacerlo, pero lo más importante es proponer con cosas propias.