A más de una semana de la explosión por fuga de gas propano en las cercanías del mercado Central de la ciudad de Santa Ana, que causó 23 personas lesionadas y cuantiosas pérdidas materiales, la normalidad está regresando poco a poco a la «zona cero».
Los comerciantes afectados que no resultaron lesionados y que solo tuvieron daños materiales han regresado a sus actividades colocando sus ventas en puestos improvisados, mientras sus locales son reconstruidos.
María Estela Fuentes es una de las arrendatarias que han regresado a sus labores y con el apoyo de familia, amigos y proveedores ha adquirido las verduras y otros productos que ha vendido en su puesto desde hace más de 15 años, ubicado en la acera de los locales donde se generó la explosión.
«Dándole gracias a Dios, primeramente, y a todos los amigos que nos han fortalecido a seguir adelante. Vamos a continuar con las ventas. Nos sentimos mal por los compañeros que están más afectados, heridos; se siente un vacío», dijo la comerciante. Regina Torres de Alfaro también regresó.
Su puesto quedó destruido por completo al estar frente al lugar de la explosión. «Yo perdí toda la venta. Como no habíamos venido tres días y como era principio de semana, tenía lleno el puesto. Pero gracias a Dios estamos con vida», señaló.
En tanto, el Juzgado Cuarto de Paz de Santa Ana envió ayer a la fase de instrucción en libertad a José Roberto Alas Menjívar y a Élmer Adonay Funes, los dos empleados de la empresa distribuidora de gas procesados como responsables de haber provocado la explosión por una mala manipulación del sistema de abastecimiento.