Cristy Rodríguez, de 26 años, cursa tercer año de Psicología en la Universidad Pedagógica de El Salvador. Ella es la encargada del área lúdica en el Centro Urbano de Bienestar y Oportunidades (CUBO) en Sitio del Niño. Destacó que con su implementación ha notado un cambio positivo en su comunidad.
«Hemos visto, con la implementación del CUBO, una esperanza en nuestros niños, jóvenes y adultos. Es una esperanza para toda la población», expresó Rodríguez.
La misma valoración tiene para su vida personal, ya que, según relató, antes trabajaba y estudiaba al mismo tiempo, pero era complicado porque en su anterior trabajo no había flexibilidad de horarios. «Gracias al CUBO, yo puedo seguir mis estudios, ya que el horario es bastante accesible para nosotros como administradores. Estoy agradecida con nuestro presidente Nayib Bukele y el director de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín, porque gracias a este proyecto puedo trabajar y sigo con mi formación académica», dijo Rodríguez.
ES UN ORGULLO PROFESIONAL PARA SU FAMILIA
Adán Martínez, de 29 años, es egresado de Licenciatura en Historia de la Universidad de El Salvador y es el encargado de la biblioteca en el CUBO. Comentó que, gracias a ese espacio, obtuvo una oportunidad laboral y pudo continuar sus estudios.
«El proyecto vino a ser un cambio en mí, porque como estudiante de una carrera universitaria se me imposibilitó tener una oportunidad laboral. Ahora la tengo y me ha ayudado a desarrollar mis habilidades. Para mis padres ha sido un orgullo que yo esté trabajando en la institución», expresó Martínez.
Narró que hace mucho tiempo, por seguridad, tuvo que dejar su lugar de origen en el cantón Sitio Grande, junto con su familia. Luego se mudó a Sitio del Niño en busca de una nueva residencia y asegura: «Gracias al Gobierno del presidente Bukele y el Plan Control Territorial, la situación ha cambiado, hay más tranquilidad».
TRANSFORMA SU VIDA Y PRACTICA LOS VALORES
Manfredo López, de 21 años, expresó que la implementación del CUBO en la localidad ha influido de manera positiva en su vida y ha manifestado un cambio radical en su personalidad. «El comité juvenil HOPE y el CUBO me han ayudado. Aquí siento que he aprendido muchos valores para ponerlos en práctica en mi vida, como el respeto hacia los demás y hacer el bien al prójimo. Soy alguien más educado. Mis padres están muy agradecidos por el cambio radical que el comité y el CUBO hicieron en mi vida», dijo López.
También destacó que, en Sitio del Niño, los jóvenes vivían estigmatizados por la violencia y en el lugar se percibía un ambiente de inseguridad, pero esa situación cambió gracias al CUBO. «Este lugar era estigmatizado por la violencia. Las personas que habitan cerca del CUBO ahora usan las instalaciones en altas horas de la noche. Gracias a estos espacios, nosotros como jóvenes nos sentimos más seguros y andamos con más confianza», expresó Manfredo.
COMPARTE SUS HABILIDADES EN LA COMUNIDAD
Jéssica Paises tiene 21 años y estudió Técnico en Sistemas Informáticos en el ITCAFepade. Gracias a esta formación académica, es la encargada del soporte técnico en el CUBO e imparte talleres de informática para niños, jóvenes y adultos. «Enseño lo básico de Word, Excel, PowerPoint y talleres de página web. A mis alumnos les enfatizo que tenemos la oportunidad de contar con un centro de cómputo gratuito, porque en mis tiempos de estudio me costaba mucho trasladarme a un cíber», dijo Paises.
Para la joven, el CUBO ha sido una oportunidad para desarrollar sus habilidades profesionales y para compartir sus conocimientos con los habitantes de la comunidad.
En ese sentido, expresó que sus padres están orgullos de que forme parte de este proyecto de transformación social. «Es una gran oportunidad, porque me desenvuelvo en mi área, que es la informática, y lo comparto con los demás. Aquí lo tengo todo», expresó.