En marzo de 2020, los equipos del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) empezaron a atender los primeros casos de coronavirus en el país. Marlon Rivas, asistente de emergencias médicas de la baseoperativa del SEM en Soyapango, recordó que el primer caso de la COVID-19 que atendió fueron unos pacientes que se encontraban en un centro comercial en el bulevar del Ejército.
«Fue en los últimos días de marzo de 2020. Nos llamaron porque el paciente tenía exceso de tos y dificultad para respirar. Esos eran síntomas de la COVID-19, pero lo que nos encendió la alarma es que venía de Costa Rica. Entonces los fuimos a atender y efectivamente salió COVID-19 positivo», dijo Rivas.
Desde esa fecha, el equipo se ha encargado de hacer las adecuaciones para atender a los afectados por la infección.
Las ambulancias cuentan con oxímetros y oxígeno para administrarlo a los pacientes que lo requieran, también verifican las patologías previas y el patrón respiratorio; es decir, cuantas veces la persona respira por minuto.
En las ambulancias tipo B también transita personal de enfermería y anestesistas. Además, el proceso de atención domiciliar se modificó, pues ahora los equipos deben entrevistar a los familiares del paciente manteniendo la debida distancia; y si los síntomas coinciden con el coronavirus, deciden ponerse el Equipo de Protección Personal (EPP) nivel tres y referir a un hospital con capacidad para pacientes de la COVID-19.
El uso del equipo EPP3 fue uno de los principales retos para el personal, ya que antes no lo habían ocupado. «Adaptarse al equipo fue un reto porque sudamos excesivamente. Algunas veces hacíamos traslados de Usulután hasta el Hospital El Salvador, y con los trajes puestos no podíamos tomar agua. Algo complejo es que se nos venía el sudor a los ojos, pero a raíz de eso empezamos a implementar técnicas propias, nos poníamos un gorro para evitar que nos bajara el sudor», comentó Rivas.
Los especialistas también se enfrentaron al temor de enfermarse. Según recordó Rivas, algunos compañeros se contagiaron, y uno de ellos falleció a causa del virus porque tenía diversas patologías e hipertensión. Esto emocionalmente los afectó porque habían sido compañeros durante varios años.
Sin embargo, casi un año después de que atendieron el primer caso de coronavirus, el personal de las emergencias ya empezó a recibir la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19, y sobre esto, comentaron que el fármaco se convierte en una motivación para continuar haciendo su labor de forma segura.
«Sobre el recibimiento de la vacuna, para nosotros es muy beneficioso porque nos trae protección, estamos confiando en Dios, en los expertos y en los investigadores que han hecho un buen trabajo. La mayoría de compañeros ya se vacunó, esto quiere decir que estamos más protegidos», explicó Rivas.
EMERGENCIAS POR ACCIDENTES
El equipo del SEM de Fosalud también atiende emergencias en general, ya sea por accidentes, enfermedades, complicaciones en niños o embarazadas y lesiones. Sin embargo, la principal causa de las atenciones son los accidentes de tránsito, especialmente los relacionados con motociclistas. Al día, en Soyapango, atienden 15 a 20 emergencias de este tipo y estas aumentan de viernes a domingo, probablemente porque las personas salen con más frecuencia a los lugares turísticos.
«El SEM nació en 2013, y hemos hecho traslados de recién nacidos que necesitan atención hospitalaria, atenciones de partos y preeclampsia. Actualmente, han aumentado las desinfecciones en las ambulancias y se mantiene la protección del personal», indicó Carlos Orellana, coordinador operativo del SEM.