Héctor Quintanilla, originario del barrio El Calvario, en Chinameca, San Miguel, es un productor que decidió diversificar sus cultivos y explorar en el mundo de las hortalizas.
El productor, junto a su familia, se ha dedicado por décadas al cultivo de plántulas de café, pero ahora con el apoyo y asistencia técnica de la agencia del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (Centa) de Nueva Guadalupe incursionó en la producción chiles de las variedades jalapeño y dulce; y tomate Pony y P52. Las hortalizas son cultivadas bajo condiciones protegidas con el método de «casas mallas».
Las tareas del productor incluyen el cultivo de rábano a cielo abierto, así como en la reproducción de tilapias. El trabajo que el Centa ha realizado con la familia Quintanilla es uno de los más emblemáticos y exitosos de la zona.
«Solicité el apoyo necesario a la agencia y de inmediato me recibió. El cultivo del tomate es nuestra primera experiencia y es un sueño hecho realidad; un sueño que sí es posible cuando se tienen los puntos de apoyo correctos», afirmó el usuluteco, quien está consciente que la agricultura debe cambiar, razón que lo llevó a explorar con las hortalizas.
Desde años atrás, la agencia del Centa, de Nueva Guadalupe, promueve la diversificación agrícola dentro de los municipios donde brinda la asistencia técnica a la población productora, para no continuar con monocultivos, acciones que van acompañadas con buenas prácticas agrícolas y la incorporación de tecnologías agroecológicas.
Ermin Morataya, extensionista de la agencia Nueva Guadalupe, explicó que diversificar las producciones brinda a las familias mayores oportunidades de mejorar sustancialmente sus ingresos económicos, principalmente con las hortalizas, que les permite comercializar en todo el año.
De acuerdo con Morataya, es importante no solo contar con buenos materiales, sino también la incorporación de buenas prácticas agrícolas como la cobertura de los suelos, el resguardo de la humedad, el uso de tecnologías agroecológicas y repelentes orgánicos.
Explicó además que como parte del trabajo se orientó a la familia en la preparación de suelo, los distanciamientos de siembra a la hora de la construcción de las «casas mallas» y la preparación de abonos orgánicos.
«Es un productor que ha aceptado las tecnologías que, como Centa, le hemos proporcionado, ha pasado de ser de subsistencia a ser un productor de comercialización, da gusto trabajar con él», comentó Morataya.
El Centa informó que seguirá capacitando y asistiendo a muchos más productores a escala nacional, como parte de la estrategia que tiene el Gobierno para rescatar el sector agropecuario e incrementar la economía local.