Los rellenos de punche son una receta culinaria autóctona de La Unión, y a diario muchas personas se dedican a elaborar y vender esta comida exótica que implica varias horas de trabajo.
María Jiménez, residente en la colonia El Carmen, en el cantón Güisquil, en Conchagua, es una de las personas que elaboran los tradicionales rellenos, a base de la carne del crustáceo.
Ella dice que la preparación inicia un día antes.

«Yo compro el punche todas las tardes y lo lavo para sacarle el lodo, luego lo pongo a salcochar y lo vuelvo a lavar para sacarle la tierra que despide cuando está en el agua caliente. Después lo quiebro y le saco la carne de todas partes», comentó María.
La tarea de extraer la carne del punche se puede extender hasta altas horas de la noche, dependiendo de la cantidad de docenas de punches que vaya a preparar al día siguiente. En el caso de María, dice que ha llegado a preparar más de 160 crustáceos.
Se levanta a tempranas horas del siguiente día para preparar la carne de los punches con diferentes especies, además de tomate, chile, cebolla, entre otros acompañamientos, que le dan un mejor sabor a la carne.
María lleva más de dos décadas de dedicarse a preparar este platillo con esa receta.

Dice que antes iba a vender los rellenos de punche al mercado de la ciudad unionense, pero poco a poco mejor se dedicó a hacerlos solo por encargo o para venderles a los empleados de instituciones gubernamentales o privadas.
Cada relleno cuesta $1.50, la experta cocinera dice que el precio está calculado con base en el incremento que ha tenido la materia prima (sobre todo el punche) y por el extenuante trabajo que conlleva la elaboración de este platillo, que es muy apetecido y buscado en la ciudad-puerto.