El Águila volvió a dar señales que es espeso cuando juega en casa, que el ruido que hace su hinchada más que inspirarlos les aturde. Así ha sido sobre el césped del Estadio Juan Francisco Barraza a lo largo del torneo y repitió esta anoche frente a un Isidro Metapán combativo, que dio pelea de principio a fin y se llevó con autoridad un triunfo de 1-3.
Los cementeros tenían un amargo recuerdo de su última visita a San Miguel: se desplomaron como castillo de arena y tuvieron que cruzar medio país con una pesada matata rebalsada con un categórico 4-0, que también evidenció el pésimo Apertura 2021 que firmaron y que les dejó en zona roja. Empero, de aquel Metapán no quedan ni migas.
Anoche los jaguares salieron en plan de cacería, pero con las precauciones debidas para evitar ser cazados. Los pupilos de Omar Mejía le plantearon un partido serio al Águila, le debatieron de tú a tú el balón y provocaron que la oncena naranja se fuera a la pausa bajo el «BU» y un manto de silbidos. Su fanáticada no alabó el buen trabajo del rival, pero fue muy crítica y con el pobre y errático desenvolvimiento que la armada de Agustín Castillo mostró en el primer acto.
Y es que mientras los caleros causaron daño en la única llegada de peligro que crearon antes de la pausa: anotó Kevin Román el 0-1 en el 6′, el Águila careció de ideas y la única chance de este episodio la malogró Faider Burbano antes de la media hora. El termómetro naranja se incendio en el complemento Anotó un doblete Luca Orozco en el 61′ y 81′ y el tanto de Kevin Santamaria, al 64, sólo valió para el descuento.