En ocasión de la reunión de otoño de gobernadores del FMI y el Banco Mundial en Washington, se dio a conocer la visión de estos organismos sobre el estado y las perspectivas de la economía mundial y de Latinoamérica.
El fondo anunció su nuevo pronóstico sobre el crecimiento económico de El Salvador en +9 % sobre el PIB, superando a los países de la región.
Esto confirma los índices ya anunciados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que en su informe sobre el estado y la perspectiva de la economía de los países concluye que, en Centroamérica, Panamá y El Salvador son los países que proyectan mayor crecimiento en 2021. La Cepal estima un crecimiento del 12 % para Panamá y de 7.5 % para El Salvador.
«Forbes» destaca igual tendencia para El Salvador y, por su parte, el Banco de América y Merril Lynch pronostican un crecimiento económico de 12 % para 2021. El Banco Central de El Salvador estima en +9 % este crecimiento.
No solo fuentes externas indican un fuerte crecimiento, los sectores nacionales también. El sector construcción, bien sabida su importancia en la economía, estima la inversión de $600 millones; según Casalco, con fuerte crecimiento de 4 % en 2021.
El BCIE tiene contemplado en infraestructura una cooperación no reembolsable para la CEPA, en cierta forma suplementaria a la cooperación china en inversiones portuarias, aeroportuarias y económicas.
El sector exportador muestra un repunte vigoroso, especialmente en textiles y confección, así como en otras exportaciones a Centroamérica.
Lo curioso es que, ante lo evidente, todavía persistan opiniones oscurantistas que afirman que el +9 % no es otra cosa más que un simple rebote, producto de la recuperación natural de la contracción económica de -7.5 % de 2020.
Por consiguiente, comparado a la baja tendencia de crecimiento que sufrió El Salvador desde 2000 por la dolarización, resultaría en un escaso 1.5 %. Dicho eso, por simple lógica, el orden de los factores no altera el producto.
Recuperación económica requiere igual esfuerzo que crecimiento sostenido. Por tal razón, los organismos se refieren indistintamente a cifras de crecimiento.
Es necesario tomar en cuenta lo anunciado en la reunión anual de gobernadores del FMI y el Banco Mundial.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, advirtió que «se ha disparado la deuda externa a escala mundial por encima del 100 % del PIB, debido a la acción necesaria de los Gobiernos por contener la pandemia y mejorar los ingresos fiscales».
La advertencia sobre el estado de la situación de la economía mundial es clara. Países de alta deuda, como Grecia (+175 %), Italia (+125 %), Japón (+235 %) o España (+124 %), nos hacen pensar que un país como El Salvador, aproximándose a 90 %, no causa alarma, ya que un crecimiento de +9 % tendería más bien a disminuir la proporción con el PIB.
Hace pocos días, el FMI destino $660 billones para compensar la escasez de liquidez de los países miembros. De estos, El Salvador recibió un aporte de $600 millones.
Previo a esto, el FMI le había otorgado $340 millones de contención por la COVID-19. Georgieva hace clara referencia a que el nivel de crecimiento de los países emergentes estaría confinado al 6 % solamente.
El pronóstico para nuestro país es aún más favorable. Alarmantes son los índices dados por el FMI con respecto a deuda. Señalan que la deuda global pública y privada alcanza $226 billones, singularizando la deuda pública en $88 billones, elevada por la pandemia de 2020 en 14 %.
Las negociaciones con el fondo para un préstamo de facilidad ampliada por $1,300,000 millones iniciadas en marzo de 2021 continúan. Se trata de obtener un préstamo para cubrir un déficit de la balanza de pagos más amplio que un Stand-By Arrangement de artículo 4.
El ministro Zelaya anunció que ya se tiene completa la negociación en el tema fiscal y que solo faltarían algunas redacciones del documento. Se esperan avances para después de las reuniones anuales del FMI para concluir la negociación.
Sin duda, ese logro cambiará la perspectiva de país, los índices de las calificadoras y el mercado de bonos, entre otros. Sorprende la desatinada intención de algunos por entorpecer la negociación con el Fondo Monetario, ignorando reglamentos y protocolos de su Convenio Constitutivo.
Entidades civiles han solicitado al fondo línea dura contra El Salvador por supuestas violaciones a los derechos humanos y otras causas políticas. El artículo 5, relativo a Operaciones y Transacciones del FMI, sec.1 de su Convenio Constitutivo, define a los organismos con que puede mantener relaciones.
Este artículo es categórico al decir que los países miembros mantendrán relaciones con el fondo solo por conducto de su Ministerio de Hacienda, Banco Central, Fondo de Estabilización u otros organismos fiscales semejantes.
El FMI, por su parte, mantendrá relaciones únicamente con tales instituciones o por conducto de los mismos.