Los Gobiernos tienen dos herramientas importantes para manejar la economía: la política fiscal y la política monetaria; la primera tiene la finalidad de mantener la estabilidad macroeconómica con finanzas públicas estables que coadyuven al crecimiento de la producción y el empleo, a fin de lograr la sostenibilidad para el mediano y largo plazo; y la política monetaria es el conjunto de decisiones y medidas que toma la autoridad monetaria de un país para influir en el coste y la disponibilidad del dinero en la economía. Como pueden observar, luego de la dolarización nos ataron un brazo; sí, no tenemos política monetaria propia.
A través de una efectiva recaudación impositiva y el buen manejo del servicio de la deuda, el Gobierno actual ha mantenido estable la economía. Esto nos lleva a la posibilidad de brindar las herramientas adecuadas para lograr crecimientos en la producción y el empleo. Es importante señalar que el nivel de inflación es de los más bajos del área de Centroamérica y el Caribe, que la política de subsidios focalizados ayuda a dicha estabilidad, así como el siempre creciente nivel de remesas que recibimos, pero para crecer a niveles del 6 % o más de forma permanente necesitamos ser más agresivos en cuanto a los incentivos y apoyos al sector privado, así como ofrecer más facilidades a inversores extranjeros, como incentivos fiscales, infraestructura moderna, servicios completos, agilización en la tramitología, mano de obra técnicamente preparada, así como estabilidad política y, lo más importante, seguridad.
La base ya se creó, la seguridad nos permite seguir creciendo en todo lo anterior; debemos tener una agresiva campaña para vender estas ventajas en el exterior, estamos preparados, tenemos muchos beneficios. Al lograr crecimientos de ese nivel de forma permanente estaremos sentando las bases para un camino hacia el desarrollo, esto implica más inversión en salud y educación, así como el incentivo en la preparación de carreras técnicas y el idioma inglés.
Todo esto nos encamina hacia lo que queremos en este quinquenio, pero seguimos peleando con solo una mano. Proponemos la creación de nuestra propia moneda, la bautizaremos «freedom», lo que nos permitiría tener una política monetaria propia que nos impulse hacia el desarrollo.