Más de alguna vez recordamos nuestras experiencias en las escuelas, donde la figura del maestro se convierte en nuestro líder y un ejemplo a seguir; recordamos mucho a aquellos profesores que marcaron nuestras vidas, porque de ellos aprendimos mucho; más que una materia escolar, el rol del maestro va más allá de enseñar a leer y escribir. No solo potencian el aprendizaje, también transmiten valores y nos motivan.
La figura de los docentes es importante desde nuestra infancia porque en ellos confiamos. El maestro es partícipe de la construcción de un nuevo mundo, es aceptar un compromiso con la sociedad para su construcción, es un oficio noble, porque permite mantener cierta coherencia entre lo que somos, lo que queremos y lo que hacemos. Ellos disfrutan de la sabiduría de los niños cuando se les escucha.
Los maestros no solo comparten su conocimiento, sino su forma de ser y de habitar el mundo, y con ello transmiten valores, aspiraciones e inspiraciones; son figuras protectoras y de apoyo a las cuales los niños pueden acudir si tienen problemas con sus familias y su entorno; fomentan la creatividad y la imaginación de sus estudiantes, les proporcionan las herramientas para desenvolverse en la vida y tomar sus propias decisiones. Su profesión tiene mucho que ver con mejorar las condiciones de vida y de posibilidades de toda sociedad; siempre procuran superar las dificultades o los miedos de sus estudiantes. Se justifica en buena medida los esfuerzos que trae consigo una profesión poco considerada socialmente. Vivimos en una sociedad en la que en la educación encontramos desigualdad, elitismo, dificultades; vivimos en una sociedad en la que ser médico, abogado o ingeniero está más valorado que ser maestro, a pesar de saber que sin un maestro no hubiésemos llegado a ser nada de lo anterior, ya que es importante reconocer el rol transformador del docente en toda sociedad, además del liderazgo y agente formador de valores y de cambio, ya que no solo educa académicamente, sino que está comprometido con fomentar principios, cultura, que permitan a las nuevas generaciones tener una mejor convivencia social y construir un país más progresista, productivo y competitivo en este mundo globalizado que da pasos agigantados en la transformación tecnológica y científica, que se moderniza e innova día con día.
Son muchos los maestros que están dedicando su tiempo y esfuerzo a intentar cambiar la perspectiva de la educación. Es una profesión en la que recibes lo que das y en la que tienes que comprometerte con la sociedad para crear a los mejores profesionales del futuro; ser maestro es vocación y solamente aquellos que la sienten serán capaces de transmitir conocimientos verdaderamente importantes a sus estudiantes. Ser maestro es sentir orgullo cuando oyes a una persona decir «ese fue mi maestro en la escuela». Por eso en este mes dedicamos de manera especial un glorioso saludo a todos los docentes salvadoreños y del mundo entero por su loable labor.