Las mujeres empezamos a entrenarnos para ser madres desde muy pequeñas, al jugar con las muñecas y a la comidita. Décadas posteriores, estos juegos se vuelven nuestra realidad cotidiana. Por tal motivo, a las mujeres nos es más sencillo administrar un hogar y atender a la familia, ya que la práctica viene desde muy temprana edad.
Vivimos en un mundo acelerado, de cambio continuo, más lo que permanece intacto es el sentimiento de ser madre. Tengo casi tres décadas de ser psicóloga clínica, llegan a mi clínica madres con el mismo amor incondicional hacia sus hijos, muchas veces negándose a sí misma por ser madre, aunque esto traiga desequilibrio emocional, con expresiones de enojo y frustración, o bien de tristeza y desesperanza.
Y aquí quiero centrarme. Una mujer integral, satisfecha consigo misma en todos sus ámbitos —espiritual, cognitiva, laboral, académica, física, de pareja, familiar, social— será una madre con mayor salud mental y equilibrio. Las mujeres no solo somos madres, nuestros hijos son tan importantes como también las otras áreas de nuestra vida.
Madre, te invito a que realices en este momento una reflexión: ¿cómo es tu vida? El día tiene 24 horas, ¿cómo estás distribuyendo tu tiempo? La mayor parte lo invertimos en el trabajo, ¿y lo demás? Sé que me responderás que al hogar, al cuido integral de los chicos y la cotidianidad de la casa. Ahora bien, ¿y tú tiempo personal? ¿El tiempo exclusivo para tu pareja? ¿Haces tiempo para ejercitarte, para compartir una taza de café con tus amigas, para actualizarte académicamente, para conectarte con Dios?… ¡Uyyy!, te estás preguntando ¿y de dónde voy a sacar tanto tiempo si apenas me alcanza para el trabajo y la familia?
Ajá, justamente eso es lo que viven muchas madres, entre el trabajo y la familia, se olvidan de ser mujeres, de sus deseos y anhelos personales. Pasan los años, llega el nido vacío (cuando los hijos se van) y se preguntan ¿qué hice con mi vida? Fui madre y trabajé. No estoy diciendo que esté mal, lo que quiero transmitir es que una mujer es mucho más que madre y trabajadora.
Como nos dice el libro de Cantares: «Hay tiempo para todo». Te sugiero que, independientemente de la edad de tus hijos, organices tu tiempo y, junto con tu pareja o los familiares que te apoyan, distribuyas durante el mes un poco de todos los ámbitos.
Mientras más integral sea tu vida, mayor salud mental tendrás y podrás brindarles a tus hijos ese verdadero amor incondicional acompañado de paz y armonía. Acuérdate de que nuestro lenguaje no verbal es el 80 % de nuestra comunicación y el 20 % es el verbal. De qué te sirve estar todo el tiempo libre con tus hijos si estás estresada, malhumorada e irritada.
Las madres también sentimos, necesitamos descanso, ocio, esparcimiento. También las madres tenemos un gran reto: enseñar a la pareja y a los hijos a trabajar en equipo en casa.
Facilítate la vida, delega, apóyate, sonríe, cuídate integralmente, arréglate, descansa. Mis mejores deseos para ti.