Juan Manuel Pineda, de 34 años, es un santiagueño que a pesar de no contar con sus piernas desde corta edad busca motivar a los jóvenes y niños con la música.
Manuel trabaja en la alcaldía de Santiago de María, Usulután, desde hace ocho años. Comenzó en el área administrativa y años más tarde se desempeñó como instructor de música en la Casa del Encuentro Juvenil.
«Una de mis mayores dificultades ha sido encontrar un trabajo. Antes de trabajar en la alcaldía toqué muchas puertas y fue difícil porque no hay tantas instituciones que contraten personas con capacidades especiales», comentó Manuel.
Bajo, piano, batería, guitarra y diferentes instrumentos de percusión son los que ha aprendido a manejar con el paso de los años, y los que les enseña a sus estudiantes.
«Siempre tengo el objetivo de que ellos vean que se puede vivir y salir adelante. Aparte de la música trato de enseñarles eso y que, si no les gustan los estudios, pueden aprender algún oficio o aprender música» dijo.
Cuando tenía un año, Manuel resultó afectado de sus piernas en un incendio en su casa.
«Conozco la historia por amigos y familiares que estaban ahí. Ellos cuentan que cuando a mí me sacaron de la casa, tenía calcinadas las piernas. Cuando me cuentan, me lo imagino y me admiro de mí mismo al soportar eso siendo tan pequeño», comentó Manuel.
Cuatro años más tarde, su madre falleció, por lo que creció en el orfanato de la fundación Nuestros Pequeños Hermanos, ubicado siempre en Santiago de María, en donde aprendió sobre música y tuvo la oportunidad de viajar a Estados Unidos para recibir tratamientos médicos.