El ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy, aseguró hace unas semanas que personal de la Fuerza de Tarea Naval Tridente (FTNT) que participa en operativos en altamar para decomisar millonarios cargamentos de cocaína desarrollan estos procedimientos sin violentar los derechos humanos de los extranjeros que se han visto involucrados en el narcotráfico marítimo.
El funcionario comentó que ha habido casos en los que la tropa tuvo que proporcionar servicio médico a tripulantes extranjeros quienes mostraron padecimientos ligeros o alguna enfermedad terminal, como fue el caso de un narcolanchero que padece insuficiencia renal y cuya salud se desmejoró tras la intervención de las fuerzas del orden.
En este caso y durante el tiempo que fue necesario, las autoridades pusieron en marcha la cadena de custodia para trasladarlo hasta tierra firme en El Salvador a esta persona con padecimiento renal, a los demás prisioneros, la droga decomisada, armas y las lanchas.
«Muchos de los narcotraficantes traen insuficiencia renal y hay que suministrarles medicina. Nuestros tridentes andan kits de medicina y tienen que inyectarlos, a veces, para hacerlos llegar a tierra (en condiciones estables de salud)», explicó el ministro.
Acciones humanitarias también se han implementado cuando en cierta ocasión un helicóptero de la Fuerza Aérea acudió al llamado de ayuda de un buque atunero ecuatoriano desde el cual se informó a la Autoridad Marítima Salvadoreña sobre el estado delicado de salud de uno de sus tripulantes tras un accidente laboral.
La asistencia a esa emergencia se efectuó a 800 millas náuticas de la costa salvadoreña, era la opción de ayuda más cercana que tuvo la víctima, por lo que de inmediato se efectuó el rescate en la ambulancia aérea para proporcionarle atención, relató Merino Monroy.
En el caso de los narcotraficantes, el funcionario comentó que muchos extranjeros se arriesgan a efectuar este tipo de travesías a sabiendas que tienen graves padecimientos de salud. En algunos casos los extranjeros han detallado a las autoridades fiscales y judiciales, que hacen el exigente viaje tras los ofrecimientos de hasta $15,000 para embarcarse y trasladar la droga.
«Ellos se arriesgan a entrarse al mar, nosotros cumplimos con todos los protocolos tanto de derechos humanos como la parte legal y (para) darles asistencia, es decir, que cuando ubicamos a estas personas asumimos la responsabilidad de ellos, de entregarlos como corresponde a las autoridades competentes y todo eso implica inversión, capacitación», detalló.
En uno de los decomisos de este año, de 1.2 toneladas de cocaína, a 1,857 kms de la costa, la Marina capturó y trajo a salvo a tres guatemaltecos, cuatro ecuatorianos y tres mexicanos, y decomisó doce carabinas AR-15, veinte fusiles AK-47, una ametralladora M60, un fusil Barrett .50 y gran cantidad de munición; «como resultado de una operación sin precedentes ejecutada el 14 de agosto por la Fuerza de Tarea Naval Tridente a 1004 millas náuticas de nuestras costas», informó el ministro.