En entrevista con Diario El Salvador, comentó cómo ha sido para él permanecer vigente en el gusto del público y el dar nuevos pasos trabajando con nuevos talentos y nuevas generaciones. Es conocido por temas como «Mujeres salvadoreñas», «Zapatos de tacón» y «Malévola».
Ha compartido micrófonos con artistas juveniles como Grupo La Calle y recientemente lanzó junto a Julissa Ventura Sabrosa Cumbia y ya super las 54 mil reproducciones en YouTube.
Marito Rivera es un músico de origen migueleño quien asegura que no se cansa de compartir y aprender.
¿Cómo ha sido para usted resurgir con nuevos proyectos después de la pandemia?
Yo creo que la pandemia, lo más difícil para cualquier persona del espectáculo ha sido difícil. Yo estaba en una gira que tenía nueve presentaciones y solo hice tres porque inmediatamente en el fin de semana que yo entré la organización Mundial de la Salud dijo que había pandemia.
A raíz de eso, tuve que quedarme tres meses en Estados Unidos, prácticamente en espera de que, en el país, porque El Salvador se cerró y regresé exactamente a los 67 días al país. Pero a todo esto, estar en Estados Unidos en pandemia no fue fácil, estuvimos encerrados, no había ningún tipo de trabajo, solo hacíamos algunos enlaces en vivos para decirle a al público «acá estoy», estaba en un apartamento y con mi piano.
¿Siente que esta situación de alguna manera lo sacó de una zona de confort?
Sí, me dio la oportunidad de hacer nuevos negocios. Lance mi propia línea de camisetas, gorras y con todo eso yo tenía muchas ventas y también siempre vendiendo mis discos.
Para mi fue una oportunidad de hacer otras estrategias y reinventarse porque pensé quizás no esté haciendo mucho, pero si tuve la suerte de haber llevado camisetas de El Salvador, mandé ha hacer otras y la gente me comenzó a comprar.
Así fue como abrí esa tienda virtual que se llama Marito Rivera Store. Ahorita no le he dado mucha movilidad, pero la tienda siempre está activa y seguimos pendientes con algún pedido especial que la gente pueda hacer.
Así que eso me generó a mi una solución, no solamente estar en espera de ver qué pasaba, sino que sí, tuve mis clientes, hacía mis paquetes y a través de un correo cercano hacía los envíos, fue una buena entrada para Marito Rivera en ese entonces.
¿Qué pasó con la tienda una vez vino al país?
Ya viniendo aquí no podía hacer esos movimientos y no tuve la persona adecuada que ayudara a hacer esas vueltas, pero sí quedó abierto el proyecto.
Fue un emprendimiento que me funcionó porque vendí discos, camisetas, gorras, bufandas y más. Yo estuve en Houston, Texas. El público siempre me ha demostrado su cariño.
¿Qué significa para usted el poder tener esa confianza de que haga lo que haga su público lo va a apoyar?
A pulso hemos venido con proyectos musicales y a cada canción que he sacado le he dedicado tiempo porque es para el público y es el mismo el que al final dice «me gusta». Creo que existe un acercamiento con el público porque también cuando estoy en las presentaciones en vivo yo me debo a ellos, no van a ver un artista creído.
Yo quién sea que quiera estar conmigo, yo lo saludo. Para mi todos son mis amigos y eso ha ido sumando. Yo con cada persona trato de ser lo más amable posible y yo me debo al público.
En cincuenta años de carrera, ¿cuál ha sido ese momento que más lo ha marcado?
Lo que pasa es que son cinco décadas y enmarcarlos en uno solo para mi es bien difícil. Por ejemplo, para mí una etapa muy importante fue la niñez, me marcó.
Mi papá y mi mamá me forjaron no solo musicalmente sino también en cuanto a mi carácter. Además, me inculcaron una disciplina muy estricta y el día del mañana cuando me tocó dirigir el grupo fui capaz de asumir esa responsabilidad.
Luego el salir de San Miguel para San Salvador fue otro reto. Ya no quería yo solo estar tocando en oriente, sino que quería también venir y demostrar a la capital.
Eso pues, me conllevó a tomar otras decisiones.
¿En algún momento tuvo que renunciar al algo?
En ese momento yo estaba estudiando odontología, hice materias hasta de sexto ciclo. Pero la cosa es que cuando yo iba de gira y luego regresé a querer retomar la carrera encontré a mis compañeros de universidad bien avanzados y ya eran materias de preclínica.
Tuve que retirarme de odontología para seguir con la música. Difícil porque mi papá quería que yo sacara una carrera universitaria, pero la música tuvo más fuerza en mí.

¿Siente que le hizo falta la odontología?
La verdad es que me gusta, pero no lo lamento. La verdad es que la música me ha dado muchas satisfacciones y ha sido mi forma de vida. Porque lo que más cuesta en este negocio de la música es encontrar ese lado comercial, que realmente la música se convierta en una forma de vida y mantenerse.
Yo me fui un año para Brasil a estudiar música y también recibí un curso en administración de empresas, prácticamente un técnico. Eso fue en 1983. Pero me metí al conservatorio de música y eso para mí era como el mayor desahogo, la alegría más grande que yo tenía. Estar con el piano y con los profesores que me estaban guiando, les guardo mucho aprecio.
El estudio y la música siempre han sido para mi una cosa muy seria en mi vida.
Yo siempre creí en mi y yo a las personas con las que hablaba siempre les decía yo tengo un gran grupo, un súper grupo de San Miguel. Y yo sabía que algún día íbamos a pegar.
Grabé algunas canciones que no grabaron, como «El pollo» y «Sensual» pero eran de 45 revoluciones por minuto. Que solo traían dos canciones prácticamente.
¿Cuál fue la canción que lo catapultó?
«Ven a bailar conmigo» fue la que nos abrió las puertas para hacer una agrupación comercial. Salir del género pop rock y entrar a la música tropical.

¿Cómo fue esa transición?
Lo que pasa es que cuando yo comencé allá por los años setentas a mi papá le gustaba mucho la cumbia, pero cuando teníamos como siete u ocho años San Miguel se llenó de artistas que les gustaba el rock pesado tipo Led Zeppelin, Carlos Santana, «gran chollazón». Entonces a mi hermano mayor le gustaba ese tipo de música y la tocábamos.
La cosa en aquel entonces era tratar de calcar una canción no era solo de medio sacarla. Entonces fuimos un grupo de pop rock.
El hecho de tratar de calcar una canción era una escuela que nos tenía a nosotros aprendiendo de armonías y de influencias europeas. Yo hacía eso, pero a los 10 años me pusieron a aprender música clásica en el piano. Mi papá totalmente disciplinado me orientaba. Así como con Peter, Lorena, Elena, Reynaldo y yo fue un hombre muy enérgico.
Ahora le agradezco que haya sido así, de una forma dura.
Años más tarde, cuando volví de Brasil, venía de vacaciones, pero me quedé, el grupo seguía tocando pop rock, pero lancé una canción que se llama «Ven a bailar conmigo» y vimos la buena reacción del público y al ver eso, la grabamos y después comenzaron los contratos. Ahí nos cambió el panorama que antes no había nada y luego llegaron contratos.
Después de este salto, ¿cómo encontró su propia identidad dentro del escenario?
Lo que pasa es que en la vida hay cosas que uno ni cuenta se da cuando ya comienza a tener como una personalidad. Para comenzar, como te comentaba, yo siempre me sentí seguro de mi mismo, yo puedo ser calmado y todo, pero cuando yo subo al escenario ahí cambio un poco, soy más enérgico.
Comencé a usar el pelo largo y a la gente le gustaba, después ya no solo el pelo largo, sino que me hacía una cola. Esa cola fue ya mi estilo. Y la forma en como yo pues trataba al público, directa, cercana.
Se hizo un grito de batalla, nadie lo hacía y yo salí con «¡Y con furia, bravo!» y el público ya lo tomó como propio, existió esa conexión. Como un diálogo porque el público ya no solo está viendo, sino que también se incorpora a lo que estoy haciendo en la presentación.
Se hizo una personalidad como artista y ni cuenta me di.

¿Cómo ha sido para usted el unirse a nuevas generaciones, a nuevos talentos?
El año pasado que yo celebré mis cincuenta años. Quizás me uní con gente contemporánea como René Alonso, Mario Roberto Zúniga, la hija de él, Melao y todo esto me refresca a mí.
Con Will España se hizo «Carnaval de mi tierra», pero La Máquina se sabe es un grupo juvenil, y actualmente el acercamiento que estamos teniendo con artistas como Julissa Ventura que para mi ella es una joven con gran talento. Yo le auguro mucho éxito.
Estoy siempre apoyando a mi hijo M.A.R.X. en lo que está haciendo y que no es nada tropical lo que está haciendo porque es más funk. Él tiene sus propios proyectos e ideales.
Estoy también platicando con otras personas jóvenes que me piden consejos y yo les doy mis mejores palabras, porque hay personas que sienten inalcanzable el hecho de cómo llegar a una radio, un periódico, que cómo los van a contratar y es ahí donde uno los aconseja y orienta. Les doy ese acompañamiento.
¿Con cuáles otros artistas ha colaborado?
He trabajado varias colaboraciones con amigos. Entre ellas, con Salsalvador All Stars, «Vivo sin ti»; «La matraca», con René Alonso; con Mario Roberto y la Orquesta Canela, «Basta y sobra»; con Melao, «Ven a bailar conmigo»; con Teffi España, «El nítido»; con Rica Banda, «Amiga»; con Will España, «El carnaval de mi tierra», con el grupo La Calle, «La cumbia bandolera» y recientemente «Sabrosa Cumbia» con Julissa Ventura.
¿Qué más le hace falta a Marito por hacer?
Lo que pasa es que yo no quiero ver la vida como que ya va a terminar todo, yo veo la vida como que todavía me hace falta un buen tramo.
Lo que estoy haciendo es que con mi teclado estudio en mi casa, sigo haciendo canciones, sigo componiendo. Me hace falta quizás … A El Salvador no le pudo pedir más porque se ha portado súper 10 conmigo, me han dado toda clase de reconocimientos y eso me llena el alma. Yo agradecido con todas las personas que han tenido esa iniciativa.
Yo a veces veo para atrás y digo, no sé cómo ha pasado tanto tiempo.
Estamos trabajando en un proyecto de montar una disquera para apoyar artistas no solo salvadoreños sino también latinoamericanos. Estoy trabajando en eso y poco a poco van a ver las sorpresas.
Hace tres meses lancé a mi estilo la canción «Everybody Salsa» y ahí la pueden encontrar en Youtube y en mis redes sociales. Ya está sonando en radios nacionales y afuera la tengo sonando también.