Orgullosa se siente Marta Guadalupe Carranza de Cuchillas de mantener y promover el platillo tradicional llamado chanfaina, un legado de su abuela y su mamá, ambas de grata recordación. La chanfaina es un platillo a base de las vísceras de res que identifica la oferta culinaria de San Juan Nonualco, en La Paz.
Asegura que escuchó hablar de la chanfaina desde que era muy pequeña y aprendió a prepararla con su madre, una mujer que logró posicionar esta tradicional comida y ser merecedora de reconocimientos, entre estos, el premio al valor cultural del pueblo, que otorga la casa de la cultura del municipio.
Estudió dos años un curso de cocina en el ITCA- Fepade, que no solo le ayudó a seguir con la receta de la familia, sino a incluir otros platillos deriva dos de la res, que ofrece en el mercado municipal de San Juan Nonualco.
«Nosotros antes hacíamos la chanfaina con todos los ingredientes picaditos, cortada en trozos pequeños, pero hoy en día ya lo hacemos con molino. Comenzamos con molino de mano y ahora es con molino eléctrico», cuenta la emprendedora.
Detalla que este platillo se hace con menudos de res, como les llama, entre estos menciona los pulmones, el corazón, el hígado, el bazo y también lleva carne. Lleva una salsa a base de harina y especias, comúnmente conocido como relajo, que contiene hojas de laurel, maní, chile guaco, orégano, ajo, pimienta, comino y otros, que asegura le dan el sabor único.
«Es un orgullo [seguir con esta tradición], primero porque viene desde la abuela y porque prácticamente solo nosotros lo hacemos hoy en día. Antes había otras personas que lo elaboraban, pero ahora solo nosotros hemos quedado», afirma.
Esta especialidad culinaria sanjuanense traspasa fronteras, es un platillo nostálgico principalmente para los hermanos en el exterior. «Cuando vienen de vacaciones no solo vienen a consumirlo, sino que les llevan a sus parientes u otras familias que les encargan. La llevan congelada», cuenta Marta.
Este plato generalmente lo acompañan con arroz y curtido, algunos lo prefieren con tortilla y otros con pan, a veces agregan picado, carne de vaca y picadillo, dice.
Este negocio es parte del sustento de su hogar, sus dos hijos menores, entre ellos José Emilio (17 años), la apoyan en las faenas y en atender el negocio, a ambos les llama la atención la chanfaina por el valor familiar que posee y porque también piensan mantener viva esta tradición.
«Es un privilegio estar presentes con el plato de chanfaina porque fue mi abuelita la que lo hacía, conviví con ella; vi como lo cocinaba, su trayectoria, sus reconocimientos por representar este platillo y su altruismo. Es un platillo que se valora», comenta el joven, quien estudia en la universidad.