La Fuerza Armada espera contar con más de 2,400 nuevos soldados para el cierre del 2021, los cuales se sumarán a los más de 20,000 con los que actualmente cuenta la institución, de los cuales 10,872 apoyan a la Policía Nacional Civil (PNC) en labores de seguridad pública como parte del Plan Control Territorial (PCT).
El pasado 19 de julio, el presidente de la República, Nayib Bukele, ordenó al ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy, dar inicio al proceso de reclutamiento voluntario para duplicar el número de soldados, los cuales, según las proyecciones del mandatario llegarían a 40,000 en un período de cinco años.
El próximo 19 de septiembre se cumplirán dos meses de ese anuncio, y hasta el momento, según los registros oficiales, por cada convocatoria se presentan más de 6,000 personas que buscan formar parte de la institución.
El ministro Merino Monroy se refirió a la selección del nuevo personal, así como los mecanismos que tiene la institución para evitar que pandilleros u otro tipo de criminales busquen infiltrarse a la Fuerza Armada.
«Ha sido todo un éxito, cuando el señor presidente dio la orden de reclutar, el 1 de agosto iniciaron el proceso de las 15 semanas los reclutas, es decir, en tan corto tiempo tuvimos la capacidad de poder reclutar 1,000 jóvenes; este proceso no es fácil, es largo y lleva una cantidad de tareas para asegurarnos que la gente que está entrando sea confiable y compatible con la vida militar», explicó el funcionario.
Dijo que actualmente tienen listos 1,400 aspirantes más que se van a incorporar el 1 de octubre; Merino Monroy es fiel creyente que el concepto de «militar» no solo se limita a la función de portar un fusil, pues considera que la institución cuenta con profesionales de alto nivel en áreas como la ingeniería, electrónica, mecánica, aeronáutica, construcción de buques e industria, por mencionar algunas.
En áreas humanitarias, la Fuerza Armada cuenta con profesionales en psicología, sociólogos, médicos y enfermería, entre otras. Esto es parte del desarrollo académico al cual tienen oportunidad los jóvenes.
Actualmente existe una buena cantidad de jóvenes bachilleres que se han presentado a las sedes militares en busca de una oportunidad. «Los jóvenes buscan alternativas para superarse, para volverse agentes de cambios positivos para la sociedad», valoró el ministro.
Pero ¿cómo se preparan prevenir el ingreso de pandilleros?
El ministro de Defensa respondió: «Tenemos diferentes métodos y protocolos para aceptar a una persona, no solo en la parte de la confiabilidad, sino que en lo académico, físico y psicológico donde tenemos que hacer todo un proceso».
Al referirse a la confiabilidad, explicó, que hacen un chequeo exhaustivo de los antecedentes penales y policiales de cada aspirante, esto se suma a la información que la institución maneja internamente.
«Al interior de la institución tenemos un registro de gente que tiene antecedentes negativos, cuando un aspirante viene a inscribirse lo primero que hacemos es la verificación de nuestros registros, en el sistema aparece si esa persona está bloqueada porque ya tiene antecedentes con nosotros», mencionó.
Sin embargo, el trabajo de inteligencia militar va más a allá de verificar registros, pues este llega a las comunidades donde investigan si los ya seleccionados tienen vínculos con pandillas.
En este proceso mucho tiene que ver el trabajo de los psicólogos y los sociólogos que son los que determinan, según los resultados de las pruebas, si los nuevos soldados tienen vínculos o afinidad con criminales.