«Alquilaban vehículos, principalmente pick-ups recientes, y luego los llevaban a Chalatenango, en donde buscaban venderlos con documentos de propiedad falsificados». Así operaba una banda que se dedicaba al hurto y robo de vehículos que fue desmantelada a finales de septiembre pasado en diversos municipios de La Libertad y Chalatenango.
De igual forma, en Apopa, San Salvador, recientemente las autoridades capturaron a una banda que estaba involucrada en más de 25 casos de robo y hurto de vehículos cometidos entre 2013 y 2019; entre ellos, un furgón proveniente de Panamá.
«La banda incluso estaba compuesta por agentes policiales, quienes simulaban controles vehiculares en carreteras, especialmente en San Martín. Detenían [a sus víctimas] y luego el resto de los miembros privaban de libertad a los conductores, se llevaban la mercadería y luego era distribuida», explicaron las autoridades fiscales.
El robo de vehículos ha sido una problemática latente en El Salvador cometida por grupos delincuenciales que los utilizan principalmente para otros hechos delictivos. Desde 2018 hasta la fecha, la Fiscalía General de la República reporta 1,966 denuncias por este delito.
Entre 2018 y el año pasado, los robos de automotores han disminuido en un 53 %; sin embargo, son una problemática que aún se encuentra latente. En 2019 las denuncias ascendían a 532, en 2020 disminuyeron a 365 y de enero a la fecha se reportan 383 casos.
Según los datos del ministerio público, San Salvador y La Libertad son donde se registra el mayor número de denuncias, con 1,359, es decir, el 60 % de los casos. Cabe mencionar que en ambos departamentos es donde hay más vehículos matriculados.
De acuerdo con los recientes registros del Viceministerio de Transporte (VMT), en San Salvador circulan 512,381 vehículos, mientras que en La Libertad transitan 185,380.
Una persona que «se apoderare ilegítimamente de un vehículo automotor ajeno, total o parcialmente, con violencia en las personas, sea que la fuerza o violencia tenga lugar antes del robo para facilitarlo, en el acto de cometerlo o después de cometido para lograr el fin propuesto o la impunidad» puede ser sancionada con pena de prisión de 10 a 14 años, según el artículo 214 del Código Penal.
UN DAÑO COLATERAL
Desmantelar carros y vender las piezas es el propósito de diversas bandas que se dedican al hurto y robo de vehículos en El Salvador y en otros países. Un ejemplo de lo anterior es cuando las autoridades desmantelaron, en septiembre pasado, una banda que tenía una venta de repuestos como fachada para guardar mercadería robada, la que también comercializaba.
Placas de vehículos, repuestos para carros y un camión fueron parte de la mercadería robada que tenían cuatro personas en el taller en el km 5.5 de la carretera Troncal del Norte, en Ciudad Delgado.
«El mercado ilícito de piezas de cambio es una fuente de ingresos lucrativa para las organizaciones delictivas que les ofrece muchas aplicaciones prácticas. Este fenómeno no solamente tiene un impacto económico en la industria, sino que también pone en peligro a los conductores, pues es probable que las piezas de recambio ilícitas no cumplan las normas de seguridad reconocidas», dice la Organización International de Policía Criminal sobre el tráfico de piezas de vehículos.
El mayor acceso a la tecnología ha permitido a la población hacer trámites con facilidad y rapidez; sin embargo, esto también puede significar un riesgo e incluso ser víctima de un delito de estafa. Ahora es común encontrar un repuesto de automóvil fácilmente en sitios en internet, pero no conocer su procedencia se convierte en una amenaza.
«En los últimos años, el uso de internet ha contribuido a un espectacular incremento de la reventa de componentes de vehículos ilícitos, convirtiéndose en motivo de gran preocupación para los organismos encargados de la aplicación de la ley, fabricantes de automóviles, entidades reguladoras y organizaciones de salud pública de todo el mundo», ahonda la Interpol.
