Cuando Trinidad Sánchez tenía dos meses de edad, su vida cambió, ya que sufrió una enfermedad que le provocó un deterioro de su visión que se prolongó hasta los 10 años, cuando perdió por completo la vista.
A esa edad empezó a formarse en la Escuela de Ciegos Eugenia de Dueñas, donde aprendió a comunicarse con el sistema braille en solo tres meses. «Aprendí rápido porque me emocionaba aprender a escribir y a entender a los demás. Para mí, era importante mantenerme comunicada a pesar de que ya no pudiera ver bien», comentó Sánchez.
Los aprendizajes que tuvo con el sistema braille le han servido para toda la vida, ya que le ayudaron a obtener su primer empleo, a los 20 años de edad. Se desempeñaba como secretaria de una asociación y hacía transcripciones de reuniones usando solo el método braille.
LEA TAMBIÉN: Cómo lograr tus propósitos en 2021
Actualmente tiene 49 años de edad, tres hijos adultos y trabaja en una colchonería que tiene un área para dar masajes, un oficio que aprendió hace más de una década, el cual le ha permitido desarrollar sus capacidades y es su medio de sustento.
«Creo que a las personas que tenemos discapacidades se nos debe dar una oportunidad de expresarnos y de participar de forma justa en los trabajos y en la sociedad, por eso creo que el braille es una herramienta de ayuda, porque a mí me ha permitido desarrollarme en mi trabajo», dijo.
La inclusión y la participación son algunos de los principales objetivos del Día Mundial del Braille, que se conmemora cada 4 de enero desde 2019 por Naciones Unidas. Es un sistema de comunicación que usan las personas no videntes o con deficiencia visual para tener acceso a publicaciones o a información importante para ellas.
Trinidad considera este método como algo tan valioso en su vida que siempre lleva en su cartera el papelógrafo y la regla para escribir. Además, se ha dedicado a enseñar el sistema a otras personas no videntes que necesitan ayuda para comunicarse. «Si alguien me pregunta cómo se escribe, yo le digo o le explico. El braille no lo dejo, siempre ando cargando la regleta y la pizarra, y cualquier emergencia ya escribo. Me ha facilitado comunicarme con los demás», detalló Sánchez.
ADEMÁS: La OMS brinda nuevas recomendaciones sobre el uso de la mascarilla
Sin embargo, ha encontrado dificultades, y es que muchas personas no videntes no usan el braille, mientras que las personas videntes no le brindan la importancia suficiente a la promoción de dicho sistema. Para Trinidad, el uso de la tecnología ha marcado un mayor desinterés en la población por aprender el sistema.
En ese sentido, hizo un llamado para que se continúe promoviendo este sistema como una práctica de inclusión e igualdad. «Últimamente percibo menor interés de los jóvenes por conocer sobre el braille. Los puedo animar a que lo conozcan para que le den la oportunidad a que más personas no videntes puedan comunicarse y les sean menos difíciles las tareas diarias», concluyó Sánchez.