El presidente Nayib Bukele tiene un amplio apoyo popular y sus niveles de aprobación no tienen precedentes en ningún lugar del continente americano ni entre los líderes de naciones del resto del mundo. De hecho, hasta los medios de comunicación que funcionan como órganos de propaganda de la oposición han tenido que reconocer —aplastados por la realidad— que el mandatario goza de una aprobación como ningún otro.
La última encuesta de «La Prensa Gráfica», un periódico abiertamente opositor y que hace campaña en contra de los logros del Gobierno, señala que el presidente Bukele tiene el 91 % de aprobación ciudadana a poco menos de tres meses de cumplir su cuarto año de Gobierno. De hecho, el mandatario tiene incluso más aprobación que cuando comenzó su gestión, que era de 90.4 %. Ninguno de los gobernantes previos había logrado una cifra similar.
En la publicación destaca una gráfica en la que se puede ver el comportamiento de la aprobación de los presidentes previos. En el caso del presidente Bukele, sin embargo, la línea está incompleta porque el periódico había decidido dejar de hacer encuestas que demostraban, sin ninguna duda, el amplio respaldo y la aprobación ciudadana al trabajo del gobernante, lo cual iba en contra de su agenda opositora.
La realidad se impone. Así fue electo el presidente Bukele, rompiendo los pronósticos que avalaban la permanencia del bipartidismo, lo que no era otra cosa más que la perversa alianza ARENA-FMLN para preservar un sistema político corrupto.
Después, con la elección de la Asamblea Legislativa se dio la confirmación del fenómeno de transformación que lidera el presidente Bukele, pues los ciudadanos le dieron la mayoría calificada al partido del gobernante. Es más, Nuevas Ideas arranca como favorito avasallador para los próximos comicios, lo que pone nerviosos a los voceros de la oposición, que en su desesperación hablan de falta de transparencia cuando en realidad el apoyo al presidente Bukele y a su proyecto político no tiene ninguna objeción popular.
El pueblo salvadoreño reconoce en el presidente Bukele al político que, por fin, cumplió las promesas de traer seguridad y tranquilidad a los barrios y hogares, al atacar de frente a las pandillas y a sus colaboradores. También demostró efectividad para combatir la COVID-19 y en generar una nueva dinámica económica que está llevando a que El Salvador sea reconocido mundialmente por sus olas y bellezas naturales. En la educación también se han logrado grandes avances e hitos históricos, como dotar a todos los alumnos del sector público de computadoras portátiles y tabletas.